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El efecto de la pandemia en el bolsillo de los argentinos se advierte en varios consumidores que se inclinan por segundas marcas y por los programas lanzados para cuidar precios, advierten especialistas.

De acuerdo con un informe de la consultora Quiditty sobre los nuevos hábitos de consumo como consecuencia de la pandemia, los consumidores están más abiertos a elegir marcas alternativas y el 94% cambió al menos una marca de su repertorio en el último año.

El estudio realizado sobre 1.200 personas en todo el país arrojó que 7 de cada 10 consumidores (70%) cambiaron su marca habitual por una más económica y que en este comportamiento se destacan en mayor medida las mujeres, el segmento de 36-45 años y personas de nivel socioeconómico más bajo.

Pese a que la experiencia con la nueva marca es satisfactoria en el 96% de los casos, el 71% de las personas que migraron de una marca a otra "volverían a la anterior si pudieran hacerlo".

Las segundas marcas "no son ajenas a la caída del consumo pero a nivel general las marcas B y C tienen caídas mucho menores. No están creciendo pero les resulta más fácil mantener sus niveles de volúmenes de venta", explicó el gerente de Cuentas de Scanntech, Darío Hernández.

"En este contexto fue muy beneficioso que hayan reglamentado la Ley de Góndolas, es beneficioso para los fabricantes de segundas marcas", agregó.

Asimismo, detalló que "en momentos de crisis las marcas B empiezan a crecer y apenas la crisis termina o la situación mejora el consumo vuelve a la marca A y está la dificultad de la marca B de dar una propuesta de valor que no sea sólo precio".

En este contexto, el director de la consultora Scentia, Osvaldo Del Río, señaló que "los programas de precios ayudan" y detalló que "al medir la inflación de una canasta de 1.040 productos comparables entre canales y cadenas, se nota que el "gap (brecha)" de precios que siempre favoreció a los supermercados que eran entre 6 y 8 por ciento más baratos, ese "gap" hoy está muy agrandado".

Afirmó que la diferencia de precios "supera el 25% a favor de los supermercados" en comparación con los autoservicios. Esto se debe "en parte a programas (lanzados por el Gobiernos nacional) como Precios Cuidados, Precios Máximos, que ya no está, y las promociones de las cadenas".

"En los últimos meses los negocios de barrio pierden participación y los supermercados registran una leve positividad, pero también se comparan los supermercados con una base mala del año anterior", concluyó.

Osvaldo Del Río dijo que "el consumo hasta mayo arrastra un acumulado de 8,4% negativo" por lo que en los próximos meses "tienen que pasar muchas cosas positivas para que se revierta".

"El año pasado en marzo hubo un crecimiento de 17% y en abril 4,5%" por el stockeo en el inicio de la pandemia (de coronavirus) pero "después a partir de mayo el consumo volvió a la tendencia habitual, por eso dejó un año empatado", que cerró con una caída de 0,1% respecto de 2019, agregó.

"Este año no está ese efecto, por lo tanto no habrá un movimiento tan brusco de uno o dos meses como marzo/abril del año pasado; cualquier situación en favor del consumo va a ser leve", proyectó.

"Cerramos la información de junio donde vemos una caída del consumo que va a ser superior a 15%, es una caída que se mantiene. La buena noticia es que no se profundiza, pero la perspectiva para los próximos meses es que se mantenga en este nivel de caída, entre 10 y 15 por ciento", dijo Darío Hernández.

Añadió: "Esperamos que se vaya reduciendo la brecha; veníamos de niveles de caída de cerca de 20 puntos". "Es una disminución en la caída; de todos modo esperamos que el cierre del año 2021 termine en baja", sostuvo.

Télam