Los ocho rugbiers detenidos por el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell cuestionaron ayer a la fiscal del caso, Verónica Zamboni, a quien acusaron de haberles mentido porque no les dejó leer la acusación en su contra, dijeron que están condenados por los medios y por la sociedad y denunciaron que están siendo amenazados por otros presos en la cárcel que les dicen que los quieren violar.

Si bien ninguno de ellos declaró formalmente sobre lo ocurrido la madrugada del 18 de enero pasado frente al boliche Le Brique, y se negaron a responder preguntas, los imputados hablaron por primera vez en el marco de la causa en su indagatoria ante la fiscal Zamboni y el juez de Garantías David Mancinelli.

La fiscal indagará hoy a los otros dos rugbiers, Alejo Milanesi y Juan Pedro Guarino.

El primero en declarar pasado el mediodía fue Máximo Thomsen (20), uno de los principales implicados en la causa, quien acusó a la fiscal Zamboni de haberles "mentido en la cara" y que tanto él como sus amigos están "condenados por la sociedad" y "por los medios". "Nosotros no teníamos ni idea de lo que estaba pasando. Nos tuvieron ahí parados todos juntos sin explicarnos nada. Lo único que se nos explicó es que la noche anterior se le había entregado a una familia a un pibe en un cajón", declaró el rugbier. "A nosotros nos condenó la sociedad antes que cualquier otro juez o fiscal, nos condenaron los medios diciendo todo lo que supuestamente había pasado, ellos tenían los videos y nosotros nos enteramos por nuestras familias el día de visita ya privados de la libertad", dijo Thomsen, quien agregó que en el Penal sufren amenazas de presos que dicen que los quieren violar.

Minutos después, declaró Ciro Pertossi (19), quien tampoco quiso responder preguntas ni hablar sobre el hecho, pero atacó a la fiscal Zamboni, de quien dijo que le genera "desconfianza". Luego, explicó que vienen "soportando la presión de los medios" y que son amenazados por otros presos de la cárcel de Dolores que les gritan a través de las ventanas que los "pueden lastimar". El siguiente fue Blas Cinalli (18), quien declaró que, al igual que sus amigos detenidos, tenía "miedo" en la cárcel, que se sentía "engañado" por la fiscal y "vulnerable" por las filtraciones de los detalles de la investigación en los medios de comunicación. El resto de los imputados, Enzo Comelli (19), Ayrton Viollaz (20) y Luciano Pertossi (18), estuvieron en el mismo tono que sus antecesores.