Después de muchos vaivenes y gestiones, finalmente la reunión bilateral tendrá el marco que ambos gobiernos esperaban: el presidente Mauricio Macri recibirá al estadounidense Donald Trump el viernes 30 en la Casa Rosada, con un desayuno de 7 a 8 de la mañana y una agenda “libre” de temas que incluyen la situación en Venezuela, seguridad, cooperación, inversiones, entre otros. Pero seguramente conversarán también sobre el regreso de la exportación de la carne argentina a Estados Unidos, algo que ya está prácticamente concretado pero que la Casa Blanca se resiste a anunciar en el marco de ese encuentro.

La reunión bilateral se negociaba hace meses y surgía de modo natural, ya que los mandatarios tienen una excelente relación personal y se daba por hecho que el anfitrión le daría un espacio de privilegio al jefe de la Casa Blanca. Se tenía previsto inicialmente que Trump llegaría el jueves 29 y que sería recibido en Olivos, en una cena de la que también participarían las esposas de ambos. Pero el estadounidense decidió acortar su estadía en Buenos Aires –se sabe que Trump no se siente cómodo en este tipo de encuentros de donde suele escaparse rápido– y participará en el G20 sólo una jornada donde aglutinará todas sus bilaterales para luego partir hacia México.

El viernes arranca bien temprano con Macri en La Rosada, lo que le dará un marco más formal a su reunión, que tuvo serias chances de suceder en medio del ajetreo de los rápidos encuentros que los mandatarios suelen hilvanar en los pasillos de la cumbre. En Washington se lo percibió como un nuevo gesto hacia su amigo Macri.

Los temas de conversación girarán en torno de los temas habituales: además del G20 se hablará de la situación en Venezuela, la cooperación en seguridad, las inversiones, el ingreso argentino a la OCDE. Pero se sumará otro más concreto que es la reapertura de la exportación de carne a la Argentina. Los mandatarios hablarán sobre eso, pero aún no se sabe si se anunciará algo sobre el tema en el marco de esa reunión porque la Casa Blanca no lo ve el timing con buenos ojos.

“Estamos negociando la reapertura que puede suceder estos días”, dijo la secretaria de Comercio Marisa Bircher a la agencia Reuters.

La Argentina podría volver a ingresar carne al mercado norteamericano con una cuota de 20.000 toneladas anuales sin aranceles de importación, que era más o menos lo que venía vendiendo antes de que se cerraran las puertas. Fuera de ese cupo, se pagaría un arancel del 27%. Pero Estados Unidos también se llevará lo suyo porque el acuerdo será recíproco porque Argentina se compromete a importar productos de carne vacuna estadounidenses sin límites, según dijo Bircher.