Gobernador santafesino. Miguel Lifschitz, que juró como gobernador en diciembre de 2015, no podrá ser reelecto.

El tiempo que duró el debate por la reforma constitucional que impulsó el gobernador santafesino,

Miguel Lifschitz, tuvo su punto cúlmine cuando la Cámara de Diputados rechazó el tratamiento sobre tablas del expediente oficialista.

De esta manera, naufragó la posibilidad de modificar la Carta Magna provincial, vigente desde 1962, y la habilitación para que Lifschitz sea candidato para un segundo mandato.

En off, fuentes del oficialismo reconocieron al sitio www.lapoliticaonline.com que el camino hacia la reforma se había dilatado demasiado y necesitaban una definición para empezar a trazar el escenario de cara al 2019. Por ello, desde la Casa Gris enviaron el expediente a la Legislatura para que se trate sobre tablas, lo cual demandaba de una mayoría especial.

La jugada de por sí era intrincada y con resultado incierto. Pero lo curioso es que el oficialismo en ningún momento logró romper el techo de los 25 votos que le garantizaba el Frente Progresista.

Ni el peronismo ni Cambiemos se sumaron al proyecto propuesto por el gobernador pero tampoco lo hicieron los integrantes del interbloque de centroizquierda, Igualdad, y en la Casa Gris apuntaban al presidente del partido Socialista y autoridad máxima de la Cámara de Diputados, Antonio Bonfatti, de no haber hecho los esfuerzos necesarios para que prospere la reforma.

La pelea por la sucesión entre Lifschitz y Bonfatti generó fuertes tensiones dentro del partido gobernante y dejó varias heridas que tardarán en sanarse. Ahora, con las cartas sobre la mesa y sin posibilidad de la reelección de Lifschitz, el exgobernador comenzará a mostrarse como candidato.

"Con la marca Cambiemos a la baja tenemos que confrontar con (el justicialista Omar) Perotti, con el pasado, con los 90 y recuperar los votos que se habían ido al macrismo" se entusiasmó un radical. Es que a partir de la crisis económica que comenzó a impactar de lleno desde mayo, el panorama político cambió aceleradamente. En este marco, el optimismo del Frente Progresista creció significativamente y aseguran que los estudios de imagen los ubican en una muy buena posición para el arranque de la campaña.

Con votación nominal y la totalidad de los diputados presentes, el proyecto de reforma de Lifschitz cosechó el miércoles pasado 24 votos a favor y 25 en contra y el expediente volvió a comisiones.

El presidente del bloque socialista, Rubén Galassi, tuvo a su cargo la defensa del proyecto oficialista. El diputado hizo un repaso histórico del constitucionalismo provincial y respondió a las críticas opositoras al proceso.