Tras la convocatoria para integrar la mesa política del Gobierno, Emilio Monzódejó sin efecto su renuncia anticipada a la presidencia de la Cámara de Diputados . "No me voy en las difíciles", le comunicó a su equipo de trabajo en las últimas horas.

 

El volantazo, con el que se retoma el plan del oficialismo para que Monzó permanezca en la presidencia de la Cámara baja hasta el final del mandato de Mauricio Macri, es un efecto directo de la ampliación del ámbito de decisiones en el Gobierno. "Ahora se siente útil", explicaron en su entorno.

 

Con la permanencia de Monzó en la presidencia de la Cámara baja también quedan confirmados en sus cargos hasta nuevo aviso el jefe de bloque de diputados de Pro, Nicolás Massot, y la secretaria parlamentaria de la bancada, Silvia Lospennato. Son dos dirigentes muy cercanos a Monzó, que habían dejado trascender que seguirían los pasos de su jefe.

 

El dirigente bonaerense le había manifestado al Presidente sus deseos de alejarse del cargo el mes pasado, porque se sentía marginado y excluido del dispositivo político controlado desde la Jefatura de Gabinete.

 

Para que no se interpretara como un portazo, Monzó apeló a un alejamiento paulatino: le advirtió a Macri que no tenía intenciones de renovar su banca en 2019. La filtración de ese anuncio pronto lo debilitó en el ejercicio de su cargo, por lo que en el oficialismo muchos especulaban que el recambio podía darse a fines de este año.

 

La corrida cambiaria y el posterior anuncio del inicio de negociaciones con el FMIcambiaron el escenario en cuestión de días. La crisis económica enseguida tuvo efectos políticos.