El Gobierno evalúa nuevas medidas para intentar contener el ingreso al país de la nueva cepa del coronavirus y para evitar importar casos positivos del exterior. Según señalaron fuentes oficiales, en las próximas horas se dispondría que todos aquellos que ingresen a la Argentina (sean residentes o no) deban contar con un estudio PCR negativo realizado en las horas previas al vuelo y que, una vez en el país, cumplan con una cuarentena, que se estima de siete días.

Además, el Gobierno analiza restringir el ingreso de extranjeros de los países limítrofes, aunque los alcances de esta medida y las fechas en las que estará vigente aún está en estudio por parte de las autoridades. Todo está siendo analizado por Alberto Fernández, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Salud y otros funcionarios que intervenían para tomar las definiciones y publicar la nueva normativa en el Boletín Oficial.

El Gobierno, en tanto ampliaría la prohibición de los vuelos que se fijó para Gran Bretaña a otros países que ya habrían confirmado la presencia de la nueva cepa del coronavirus en sus territorios. En la lista de países que podrían ver interrumpidas las rutas aéreas con la Argentina figuran Italia, Países Bajos, Francia, Alemania y Australia. Todas las medidas se estipularían por un período determinado.

Preocupación

El ministro de Salud, Ginés González García, le llevó ayer tarde su preocupación al Presidente por dos frentes que llegan del exterior. Por un lado, le advirtió sobre los países limítrofes que vieron repuntar pronunciadamente la curva de casos en los últimos días, especialmente Brasil. Por el otro, pidió especial atención por los países que reportaron la presencia de la segunda cepa en Europa y que sería más contagiosa.

La curva de casos en la Argentina, sin embargo, ya comenzó a mostrar un preocupante ascenso (ayer se reportaron 8.141 nuevos casos). Todo mientras se está en la puerta de dos fines de semana largos por las fiestas y la temporada de verano.

El gobierno nacional quiere evitar el aislamiento total y generar un clima de pesimismo, mientras trae desde Rusia las primeras 300.000 dosis de la Sputnik V. "El cierre total de fronteras hoy es la última opción", señalaron en las últimas horas desde una de las carteras involucradas en la decisión. Por eso se está estudiando el riesgo "país por país".

Del "comité" de análisis no participa la Cancillería, a cargo de Felipe Solá. Algunos colaboradores atribuían esa decisión a que no está sobre la mesa el cierre total al mundo, que fue lo que en marzo obligó al Ministerio de Relaciones Exteriores a ocuparse de la repatriación de los argentinos, un operativo que el Gobierno quiere evitar.

En el oficialismo no hay una postura uniforme sobre la actitud a tomar frente a la aparición de la nueva cepa y frente al ascenso de casos que se registró en los últimos días en la Argentina. Axel Kicillof, que está de frente a la temporada de verano en la costa atlántica, es partidario de un cierre más enérgico. "Habría que extender lo que se hizo con Gran Bretaña a toda Europa", señalaron cerca del gobernador bonaerense. Será el Presidente el que tome la decisión final.