Furia, fuego y saqueos se observaron ayer en Rosario, tras el crimen de Máximo Jerez, el niño de 11 años baleado durante un ataque cometido el domingo pasado en esa ciudad santafesina.

Los rosarinos que participaron de la pueblada atacaron ayer a pedradas y derribaron las paredes de una casa a la que señalaban como un búnker de droga.

Los tiros que recibieron Máximo Jerez y sus primos, también menores de edad, tenían como blanco a una mujer de la banda de Cristian Villazón, un narco que está preso en la cárcel de Piñero por un triple crimen. El nene de 12 años asesinado y sus tres primos -que resultaron heridos- no eran el blanco del ataque. Las balas buscaban a una mujer ligada a la banda de "Los Salteños", liderada por Cristian Carlos Villazón, un narco condenado a 15 años de prisión por un triple crimen de una familia.

Fuentes del caso indicaron que el móvil del ataque por el que murió Máximo sería un conflicto entre las organizaciones criminales que operan en ese punto del Noroeste de la ciudad, y que los menores recibieron por error los tiros, cuando se dirigían a un kiosco del asentamiento "Los Pumitas", del barrio Empalme Graneros.

Vecinos y familiares de Máximo Jerez atacaron ayer a pedradas la casa de un presunto vendedor de drogas, le prendieron fuego a la moto y el hombre respondió a los tiros desde el balcón. Todo ocurrió cuando los familiares, amigos y allegados del nene fallecido a causa de un disparo regresaban del velorio en Rosario.

La tensión escaló cuando llegaron a la puerta del presunto vendedor de drogas y empezaron a arrojar distintos proyectiles. El hombre salió por el balcón y comenzó a responder con piedrazos, pero luego sacó un arma 9 milímetros y empezó a disparar.

Luego de romper a mazazos la vivienda de "El Salteño", los presentes decidieron atacar y saquear el búnker de otro presunto narco de la zona. Se registró fuego en la planta alta y tuvieron que intervenir los bomberos.

En uno de los presuntos puntos de venta de la organización narco, un hombre -señalado como dealer de la banda de "Los Salteños"- resultó herido y, junto a sus hijos, debió ser puesto a resguardo por la Policía: se los llevaron esposados.

Varios grupos de policías especiales lograron detener al sospechoso, a dos de sus hijos y a otros familiares que se hallaban dentro de la vivienda, mientras disparaban balas de goma contra los vecinos para dispersarlos.

En cierto momento, la policía se llevó a todos los detenidos y la casa quedó a merced de los vecinos, que con mazas, martillazos y palazos lograron derribar paredes y saquear todo lo que quedaba en el interior de la vivienda, que -según decían- se trataba de un búnker desde donde se vendían drogas.

Mientras la casa era derrumbada, los vecinos aplaudían y ‘marcaban’ otras casas que consideraban que eran utilizadas como kioscos de drogas y también fueron atacadas e incendiadas.

Los vecinos se llevaron de las casas una heladera, desmantelaron baños, se llevaron los inodoros y hasta al perro, tras lo cual realizaron un principio de incendio dentro de una propiedad que a los pocos minutos fue sofocado. Varios manifestantes resultaron heridos, entre ellos el padre de Máximo, que recibió varios perdigones de goma. Máximo pertenecía a la comunidad Qom, jugaba al fútbol en Los Pumas y asistía a la Escuela Bilingüe 1344 ‘Cacique Taigoyé’.

 

Fallecidos

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