Confesión. Carlos Wagner dijo que la expresidenta estaba perfectamente al tanto de los pagos ilegales que recolectaba Baratta.

El extitular de la Cámara Argentina de la Construcción, Carlos Wagner, declaró como arrepentido en la causa que investiga el pago de coimas durante los gobiernos kirchneristas, y ante el juez Claudio Bonadio aseguró que

tanto el exministro de Planificación, Julio De Vido, como la propia Cristina Fernández sabían de los pagos ilegales que recolectaba Roberto Baratta.

Un informe del periodista Nicolás Wiñazki señala que Wagner aseguró que parte de las ganancias que las empresas conseguían gracias a los contratos millonarios de obra pública volvía a los Kirchner a modo de coimas o sobornos para poder continuar formando parte de ese "club" de beneficiados y beneficiarios.

Según los investigadores, Wagner dijo que Cristina estaba al tanto de todo lo que pasaba y hasta sabía al detalle de cómo marchaba la "recaudación" entre empresarios que ejecutaban Baratta y otros.

Siempre según su versión, a la que los investigadores consideran verosímil y comprobable y en parte comprobada, las constructoras que ganaron licitaciones de obra pública durante la era K estaban adjudicadas de antemano y todos los participantes de esos procesos administrativos lo sabían.

Si Wagner dice la verdad, los Kirchner recibieron casi 3 millones de dólares por día en sobornos.

Según confesó Wagner, el retorno se tomaba de los anticipos de obra. Si se promedia un 15% (el empresario osciló del 10% al 20%) de esos 107.000 millones de dólares, se llegaría a un monto total de coimas por unos 16.000 millones de dólares. Pero el extitular de la CAC aclaró ante la Justicia que hay que descontar el IVA de esos adelantos financieros, que era lo que se usaba efectivamente para arrancar los trabajos.

Así, de cada 121 pesos de anticipos, 100 volvían a los Kirchner y 21 se usaban para los trabajos en sí. Entonces, descontados esos "gastos" equivalentes al IVA, las coimas bajarían a unos 13.200 millones de dólares. Si se dividen entre los 4.581 días que los K estuvieron al mando del máximo poder político del país, se llega un promedio de 2,88 millones de dólares de sobornos por día.