“Grito Federal”, el nuevo frente de gobernadores anunciado por Martín Llaryora (Córdoba), Carlos Sadir (Jujuy), Maximiliano Pullaro (Santa Fe), Ignacio Torres (Chubut) y Claudio Vidal (Santa Cruz) buscará fortalecerse en el Senado e incrementar bancas en Diputados para dar pelea a Javier Milei por los fondos para las provincias.

Se trata de una rebelión de cinco mandatarios provinciales que fueron aliados en numerosas votaciones del Gobierno nacional en el Congreso, donde se libraron batallas legislativas de trascendencia como la discutida Ley Bases. Pero ahora están en la vereda de enfrente, cansados por el ajuste, y en pie de guerra ante el inminente veto de Milei a todo el paquete de leyes previsionales aprobados por el Senado que incluye una mejora del 7% del haber jubilatorio, la suba del bono de 70 mil a 110 mil pesos y la extención de la moratoria.

Pero, esta alianza que inquieta al Gobierno no tendría impacto en la composición de fuerzas, principalmente en el Senado, porque ninguna de las cinco provincias renuevan bancas en la Cámara alta.

Llaryora solo tiene injerencia relativa sobre la senadora Alejandra Vigo, lo que se replica en el caso de Pullaro, con los senadores radicales Carolina Losada y Eduardo Galaretto, y el caso del santacruceño Vidal, que tampoco ejerce una tutela asegurada de los zigzagueantes senadores Natalia Gadano y José María Carambia.

Mientras que Torres tiene como alfiles a las senadores Edith Terenzi y Andrea Cristina, ambas están repartidos en el bloque Las Provincias Unidas y PRO.

Lo más curioso es que el radical Sadir ni siquiera tiene senadores propios de Jujuy para aportar a la fuerza.

Sin embargo, de lograrse la posibilidad de que confluyan todos estos sectores en un interbloque, La Libertad Avanza, (LLA) sería la gran ganadora en el Senado porque no pone en juego ninguna de esas seis bancas. No obstante, el flamante espacio apuntaría a volverse fuerte en la Cámara de Diputados, donde también podría convertirse en un espacio clave para negociar con la Casa Rosada.

Mientras tanto, Milei se prepara para vetar las leyes incómodas el lunes 4 de agosto. Con ese margen de tiempo, el Gobierno busca cerrar acuerdos con gobernadores y consolidar los votos necesarios para sostener el veto en Diputados, donde necesita un tercio de los presentes. En Balcarce 50 confían en que llegarán al número con los proyectos previsionales, pero no están seguros con discapacidad.

Tras la firma del veto, el texto regresará al Congreso, que podrá insistir con la sanción original sólo si ambas cámaras lo aprueban nuevamente con dos tercios. Si no lo consiguen, el veto queda firme y la ley no podrá volver a tratarse en el año.