El escándalo por el caso de pedofilia que involucra al exdiputado libertario provincial de Misiones, German Kiszka y su hermano Sebastián, se encaminaba anoche, al cierre de esta edición, a cerrar con una condena histórica y ejemplar para un hombre de la política con fuertes lazos con el poder. Los jueces deliberaban para dar la sentencia después del pedido de los fiscales de 15 años de prisión para Germán por los delitos de tenencia, facilitación y distribución de material de abuso sexual infantil (MASI), mientras que solicitaron 12 años para Sebastián por tenencia y facilitación de videos de violación en perjuicio de menores de edad y por el abuso sexual simple de una adolescente.

Los fiscales Martín Rau y Alejandro Glinka peticionaron esas penas para el exdiputado libertario del partido Activar y su hermano de 47 años por considerarlos culpables de los ilícitos previsto en el artículo 128 del Código Penal.

En primer lugar, Rau sostuvo: “Demostramos la descarga y exhibimos videos de abuso sexual infantil. Esas filmaciones son para satisfacer el apetito de quienes la consumen”. En este sentido, el funcionario judicial señaló que en muchos casos “hay grabaciones de prácticas zoofílicas”, por lo que consideró que “el volumen probatorio era tan lógico que el castillo de naipes se derrumbó”. “Yo recuerdo que, cuando era chico, me asustaban con el cuco. ¿Y saben qué señores jueces? El cuco está en la red. Y el cuco son personas que hacen este tipo de cuestiones”, cerró el fiscal Rau.

Por su parte, Glinka apuntó contra Germán Kiczka, quien lo había acusado de “llegar a su cargo gracias a alguien” y negó que la investigación se trate de una “persecución política”: “Son dos degenerados. En los videos vi menores de edad. Es una vergüenza”. En ese momento, los hermanos se pusieron las esposas y se retiraron de la sala.