El juez Juan Carlos Maqueda tuvo ayer su despedida formal de la Corte Suprema de Justicia, organismo del cual se retiró ovacionado por unas 500 personas tras 22 años de servicio en una ceremonia inusualmente emotiva, con aplausos, vítores y música. Pero también en medio de fuertes acusaciones de uno de sus pares, Ricardo Lorenzetti por supuestos nombramientos irregulares antes de dejar su banca en el Máximo Tribunal de Justicia del país.

El magistrado cumplió de esta forma con el deber de retirarse antes de los 75 años (alcanzará esa edad el próximo domingo), tal como establece el artículo 99 inciso cuarto de la Constitución Nacional.

Ese día automáticamente se jubila y queda fuera de la Corte porque el Gobierno le cerró la puerta a la posibilidad de pedir la autorización para continuar en el cargo más allá de cumplir la edad reglamentaria para su salida. El Gobierno quiere que un juez de su elección ocupe la vacante que deja Maqueda. Por lo pronto, a partir de ahora, la Corte Suprema quedará con tres miembros: su presidente, Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti. Y el miércoles el Gobierno se bajó de su idea de nombrar por decreto de Lijo y García Mansilla como había amenazado tras demorarse el tratamiento de sus respectivos pliegos en el Senado.

Acompañado por sus familiares, (su esposa María Belén, su hija Verónica y una de sus nietas, Agustina) el magistrado bajó las escalinatas del Palacio de Justicia entre aplausos y apretones de manos de decenas de funcionarios y asesores que se acercaron para compartir el momento con el juez oriundo de Río Tercero, Córdoba.

A un lado, la banda de música tocaba la “Marcha de San Lorenzo” para retratar el acontecimiento histórico.

Maqueda saludó uno a uno con un abrazo, un beso en la mejilla o dándole la mano a los empleados que lo aguardaban. No dejó a nadie sin despedir, desde el personal de seguridad que se encarga de controlar el scaner para ingresar los bolsos, hasta el lustrabotas.

Maqueda, exdiputado y senador nacional durante muchos años antes de ser juez, se despide de la función pública en medio de fuertes denuncias de quien fuera su colega, Ricardo Lorenzetti, por haber presuntamente realizado designaciones irregulares en su última semana de trabajo.

Quien fuera presidente del alto tribunal por más de una década le reprochó al cordobés no tener “ejemplaridad” y señaló que esa actitud “muestra una despedida con claudicaciones que sorprende”.

“Un triste final”, sentenció Lorenzetti.