Señor director:


Las dudas surgen cuando la realidad no es clara. Crecimos en un sistema social y político. Estudiamos la evolución de los mismos. Creímos adoptar el mejor sistema para gobernarnos como país. Pero el presente no se ajusta a esos cánones estudiados. ¿Qué ocurre? ¿No es que el sistema es para garantizar los derechos individuales, para hacer un país floreciente? ¿Qué irregularidades existen, que, si elegimos un sistema democrático, donde los representantes deben expresar nuestra voluntad, que se ajusta al bien común, ellos no nos representan, sino que actúan en bien propio y de un espacio político?


La democracia ha sido desvirtuada con el sistema de partidos y sistema de sufragios manipulados. Algunos partidos políticos son simplemente un "nido de prebendas". De beneficiados por amiguísimo, puestos públicos, y punteros repartiendo bolsones de mercadería y planes sociales. Debemos hacer un cambio radical. Aquí debe estar el aporte de ciudadanos honestos, especialistas en temas que aporten desinteresadamente sus conocimientos. Hacer las correcciones necesarias para sacar a los corruptos enquistados en el gobierno. Los ineptos que solo viven del erario público. Por ello es este Estado descomunal, con miles de funcionarios y empleados públicos, al que hay que mantener con impuestos que ahogan al resto del pueblo trabajador. Se necesita honestidad junto a verdadera vocación cívica, conocimientos y capacidad para ser funcionario público. En general, no lo demuestran. Muestra de ello es que solo están abocados al coronavirus ¡triste nuestra realidad como país! 



Por Beatriz Albaladejo
Lic. en Ciencias Políticas y Sociales