Casa de Gobierno de Tierra del Fuego.

En unos días más habrá elecciones en nuestro país. Por este motivo quiero compartir mi pensamiento, a mi avanzadísima edad, sobre la paz social ya emitido en otras ocasiones. "Ante el dolor y la violencia, ante la pobreza y el hambre, ante la corrupción y el abuso de poder, un cristiano nunca puede quedarse callado" (S.S. Benedicto XVI). Un ejemplo fue Tierra del Fuego, donde se anunció un aumento de sueldos para los funcionarios de gobierno.


Esto sucedió también en otras provincias. Con rabia e impotencia docentes, policías, jubilados, médicos, peones y millones de argentinos, que sí sufren y sí trabajan, ¿qué piensan de esto?


Hay artículos de la Constitución Nacional, y quizá estén repetidos en las provinciales, que expresan con candidez que los sueldos de tales y cuales funcionarios de los 3 Poderes del Estado, se fijarán por leyes que ellos mismos redacten y aprueben para su exclusivo beneficio. Estos artículos debieran reformarse para limitar sueldos y aumentos. Hay soluciones, seguramente. Hay que buscarlas para evitar las tremendas e injustas diferencias salariales que originan peligrosos desbordes sociales. Se acabarían las plagas nacionales, la delincuencia, los descontentos, las discriminaciones, los privilegios, las protestas, las huelgas, la vagancia, los piquetes y otros hechos odiosos como riesgosos. Haríamos un país disciplinado y ordenado, y llegaría la ansiada paz social.


Los próceres de la época de Alberdi y otros que hicieron la primera constitución ya no están. Ya pasaron. Algunos donaron sus sueldos y los reconocimientos por servicios prestados al país para obras de bien. Hoy son otros muy distintos, por lo que se aprecia.


No hay vocación de servicio. No hay democracia. Así no funciona. La Constitución ha sido irrespetada. No todo es fútbol, ni jarana, ni jauja, ni desenfrenada farándula porteña. Falta orden y trabajo. Seríamos un país respetable y respetado como lo fue antaño.



Elías Pósleman   MI 6.729.373