La guerra civil en Siria hizo presa a la población civil, no solo obligándola a tomar partido según en lugar donde se encuentre sino a participar activamente o ser víctima de represalias como en la reciente masacre que indignó al mundo. Lejos de apartar del conflicto a la gente vulnerable, un nuevo informe de las Naciones Unidas indica que aumenta el horror: ambos bandos utilizan a los niños como escudos humanos en enfrentamientos y desplazamiento estratégico de tropas.

El documento de la ONU revela que chicos y chicas entre 8 y 13 años, son víctimas de torturas, asesinatos, mutilaciones y abusos sexuales por parte del ejército regular, miembros de los servicios secretos y una supuesta milicia paraestatal conocida como Shabiha, en la ofensiva brutal del gobierno de Basher al Assad contra los opositores armados. El organismo internacional ha comprobado que los menores son ubicados en las ventanas de los autobuses que transportan tropas hacia los pueblos rebeldes, o los obligan a marchar al frente al ingresar a las aldeas en conflicto. Pero también el llamado Ejército Libre de Siria, que busca derrotar al régimen e instaurar la democracia, arriesga la integridad física de los menores al emplearlos en trabajos de asistencia y de ayuda médica en el frente de combate. El informe de la ONU, dado a conocer el martes último, incluye a 52 grupos y sectores en conflicto en el mundo, que maltratan o matan a menores por causas políticas, étnicas o luchas armadas.

Es de esperar que estos crímenes no queden impunes, porque son de lesa humanidad y como tal los responsables deben responder ante los tribunales internacionales que investigan a los criminales incluidos en la "Lista de la Vergüenza” de la ONU.