En nuestro país, la muletilla "Argentina siglo XXI" muestra la ignorancia de acuñar una frase sesgada del equilibrio objetivo del saber y del conocimiento.

Este es un eje de discusión que plantean sectores de poder para involucrar a una parte de la sociedad con la deliberada intencionalidad de manipularla desde una ideología personal.

Un hecho referencial de fresca actualidad es la gravísima posición política-partidaria en la persona de su referente sindical docente, que utiliza el simbólico estatus educativo para impulsar como estrategia negociadora en las futuras paritarias docentes 2017, el rechazo a una disposición ministerial que dispone que los ámbitos escolares se encuentran vedados para actos políticos-partidarios.

Desnaturalizar el espíritu y la esencia de la escuela con argumentaciones falaces como: "... la actividad política es inherente a la democracia, por lo que la medida significa un enorme retroceso en esa dirección (sic)", muestra la hibridez de esos dirigentes sindicales pseudos-políticos que muestran un desprecio por la Educación, con el agravante de ser docente.

La envergadura filosófica de un pensamiento de esta naturaleza muestra la raíz causal del porqué el estadio educativo de la ciudadanía continúa retrocediendo a niveles tan alarmantes; donde el Estado, el Gobierno y la Sociedad se encuentran desorientados para generar, aportar y aplicar auténticas políticas educativas que trasciendan los gobiernos de turnos, siendo simplemente en los palmarios hechos de la realidad que no puede ser modificada por el relato político, oportuno emblema electoralista.

Nuevamente la monoritmia gremial haciendo alarde cansino de ser defensores de la justicia de sus reclamos y la voz de los trabajadores que son sojuzgados con cargas laborales que no son retribuidas con un salario digno invocan futuras acciones de no iniciar el ciclo lectivo de este año, sino hay un acuerdo que contemple sus peticiones.

En esta instancia, a la cual la lleva el gobierno con su evidente interés de evitar la dominancia del poder sindical sobre la democrática pulcritud política del poder gobernante, se expone a la educación argentina en forma directa, afectando de sus inevitables consecuencias a la población estudiantil en todos sus estamentos, grados y modalidades en forma indirecta; cuyo resultado no es otro que la degradación de la calidad de la enseñanza.

La dicotomía de la hipocresía de "la defensa de los derechos del trabajador" vulnerando "el Derecho Constitucional de asegurar y garantizar la educación del pueblo de la Nación Argentina" es solo la retórica de una letra constitucional muerta, pues los históricos antecedentes muestran que los acuerdos económicos de partes son el espíritu de las negociaciones paritarias docentes.

Gobernar sin un proyecto político que ubique a la Educación a un lugar de preponderancia jerárquica en la escala social de una nación, sin lugar a dudas que los rumbos que se elegirán y las decisiones que se tomarán no serán los correctos y adecuados, pues la ausencia de la sabiduría en el mando proviene de la creencia colectiva que la experiencia política suple a la enseñanza educativa.

Docente (*)