En cuanto a lo institucional, el discurso del presidente Mauricio Macri al inaugurar el período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, fue pésimo. No tenía mucho para mostrar, hay que admitir. Sólo las excusas de por qué no pudo cumplir con la promesa de terminar con la inflación y el hambre: "Mídanme por lo que hago con la pobreza", supo decir varias veces el mandatario. Pero al analizar el impacto político de sus palabras, la verdad es que logró algo que parecía muy difícil hace un par de años. Macri provocó al peronismo y lo hizo reaccionar violentamente. Y la imagen de la oposición quedó derruida en los gritos y acusaciones que el peronismo y el kirchnerismo le vitorearon de mala manera durante las dos horas que el mandatario estuvo en el recinto. En el caso de los sanjuaninos específicamente, quedó claro también cuál es el contraste que presenta el plan nacional con lo que está haciendo el peronismo con la economía de esta provincia. Mientras aquí hay créditos para todos los sectores, a nivel nacional el macrismo está haciendo todo lo posible para achicar la economía. La receta para combatir la inflación es no ayudar a las economías regionales, es planchar los puestos de empleo, es dejar de generar, es amesetar todo lo que se pueda. En el camino sólo el año pasado se han perdido alrededor de 200.000 puestos de trabajo. También es cierto que puede ser injusto y hasta incorrecto comparar la actividad económica de una pequeña provincia como San Juan con el complejo entramado de un país cuyo territorio pasa por los cuatro climas y que tiene pocos puertos. Es decir, es injusta la comparación, pero hay sobrados ejemplos en el mundo de economías que han crecido ayudando a los privados. Los que cierran, se caen. Entonces, aquí hay dos modelos de acumulación claramente expuestos: uno más basado en la inversión externa, ajuste y endeudamiento y un modelo de protección al consumo, a la producción, al poder adquisitivo de los asalariados y al mercado interno. El primero es el macrista, el segundo es el de parte del peronismo, con Sergio Uñac como uno de los impulsores.


Esta año para los sanjuaninos es distinto, porque esos modelos opuestos se están exponiendo en el juego electoral. Eso antes no ocurría, porque con algunos matices, el kirchnerismo y el peronismo de José Luis Gioja eran casi iguales. Hoy hay un gobierno provincial que piensa y hace de una forma y hay un gobierno nacional cuya oferta es diametralmente opuesta. 


En ese marco es muy importante saber qué opinan los referentes provinciales de Cambiemos: Marcelo Orrego, Fabián Martín, Rodolfo Colombo, Roberto Basualdo, Martín Turcumán -al menos al inicio- y otros. Orrego quiere despegarse a toda costa porque analiza que la gente le va a reprochar los errores y las injusticias del macrismo, pero casi con seguridad será candidato de Cambiemos en agosto y octubre. Martín es muy crítico de Macri, pero llegó gracias al Presidente a la intendencia de Rivadavia y ha gestionado obras gracias a la ayuda nacional. Colombo es funcionario de Macri y si reniega del macrismo debería renunciar, lo que seguramente no está dispuesto a hacer. Y Basualdo es el único que hasta el momento se ha mantenido coherente: es el más macristas de todos y no piensa negarlo. Probablemente por eso no aparece en la estrategia de Orrego. Hoy todos están tratando de confundir al electorado con otro mensaje, pero ese es el mensaje que el votante tiene que saber: Orrego es Cambiemos. Lo es hoy y lo será en el resto del calendario electoral, no le va a quedar otra.


Lavagna, que estuvo hace poco más de una semana en la provincia, piensa como Uñac. Probablemente por eso se lleven tan bien. El exministro de Economía le dio una entrevista a Radio Sarmiento y en ella desplegó la misma idea que el mandatario sanjuanino: "Basta de ajuste", dijo. Si bien el porteño no quiso explayarse en esa propuesta, ni tampoco en casi ninguna manifestación que regale pistas sobre su posible gestión, apuntó a la Nación por no haber pensado la solución a la inflación desde la producción, desde el crecimiento. El macrismo ni siquiera quiso escuchar a los productores locales con la devolución de las retenciones, y el uñaquismo asumió los 600 millones de pesos que implica ese beneficio para los empresarios. ¿Demasiada intervención? Quizás, pero probablemente no haya otra forma. Los empresarios sanjuaninos están muy conformes con la actual gestión y lo dicen cada vez que pueden. Y no sólo eso, lo muestran en cada rincón del país donde los invitan. 


Volviendo al principio, en pocos días los sanjuaninos hemos visto y escuchado dos modelos totalmente opuestos y eso hay que recordarlo. No solamente en las elecciones provinciales, también en las nacionales. Y esto no es tratar de dirigir el pensamiento de nadie. Porque es probable que el peronismo en la provincia se equivoque y que la solución sea cerrar el Estado y no ayudar a nadie. Que todo sea libre mercado. Que los productores sobrevivan sólo por sus medios y que las Pymes sanjuaninas peleen solas contra los monopolios que abundan en cada sector de la economía.