La prueba estandarizada PISA, que se realiza cada 3 años, evalúa a los estudiantes en comprensión de lectura, matemáticas y la ciencia.


En medio de los grandes titulares sobre las protestas sociales en Chile, Colombia, Bolivia y Venezuela, la noticia que probablemente sea más preocupante para la región a largo plazo son los resultados de un nuevo estudio que pone en evidencia el atraso educativo latinoamericano.


Los resultados del examen PISA de estudiantes de 15 años en 79 países y regiones de todo el mundo muestran que la mayoría de los países latinoamericanos están entre los que tuvieron los peores resultados. Y, a juzgar por lo que está sucediendo en Venezuela y, en menor medida, en México y Argentina, me temo que los niveles educativos de América Latina caerán aun más.


Al igual que en años anteriores, los estudiantes de China obtuvieron los puntajes más altos, seguidos de los de Singapur, Estonia, Canadá, Finlandia, Irlanda, Corea del Sur, Polonia, Suecia, Nueva Zelanda y los Estados Unidos. En el caso de China, la prueba PISA solo incluyó a estudiantes de Beijing, Shanghai y otras dos áreas relativamente ricas.


Los estudiantes de América Latina y el Caribe que sacaron los mejores puntajes en la prueba PISA fueron los de Chile que ocuparon el puesto número 43 en la lista, Uruguay (48) y Costa Rica (49). Más abajo están México (53,) Brasil (57,) Colombia ( 58,) Argentina (63,) Perú (64,) Panamá (71) y República Dominicana (76.)


Vergonzosamente, Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua no se atrevieron a participar en la prueba, realizada en 2018. Eso plantea serias dudas sobre la propaganda cubana según la cual la isla tiene altos niveles educativos.


Irónicamente, algunos países que obtuvieron puntajes bajos, como Panamá y la República Dominicana, deberían ser aplaudidos por participar en el examen. Los países necesitan un diagnóstico claro del rendimiento académico de sus estudiantes para poder mejorar sus niveles educativos.


¿Por qué temo un deterioro aún mayor de los estándares educativos en América Latina? Entre otras cosas, porque el presidente populista de México, Andrés Manuel López Obrador, abolió la reforma educativa que incluía evaluaciones de docentes por parte de una agencia independiente.


En Argentina, el gobierno entrante del presidente electo Alberto Fernández y la vicepresidenta electa Cristina Fernández de Kirchner tienen un largo historial de apoyar políticas educativas populistas. En 2015, durante el gobierno anterior de Cristina Fernández, la prueba PISA excluyó a la Argentina de su informe final después de las acusaciones de que el país había hecho trampa en el examen.


En América Latina, muchos políticos y académicos se burlan de los logros educativos de los países asiáticos, alegando que producen estrés en los estudiantes y hacen que algunos se suiciden.


Los países más exitosos son aquellos que han aumentado su calidad educativa. Vivimos en una economía global del conocimiento, donde el trabajo mental vale cada vez más y el trabajo manual cada vez menos a medida que los robots realizan cada vez mas labores en las fábricas, la agricultura y los servicios.


A menos que los países latinoamericanos pongan la educación de calidad en el centro de sus agendas políticas, como lo hacen los países asiáticos, me temo que la región será aún más pobre y más desigual que ahora.

Por Andrés Oppenheimer
Columnista de The Miami Herald y nuevo Herald, Miami, EEUU.