El 14 de febrero de 2018 fue la matanza del colegio Stoneman Douglas de Parkland, en Florida, USA, por un alumno portando un fusil de asalto MP 15. Murieron 17 adolescentes y 14 resultaron heridos. Algunos sobrevivientes se convirtieron en fervientes militantes a favor del control de venta de armas a los civiles, entre ellos la cubano-estadounidense Emma González, de 18 años. Para el 9 de noviembre estaban convocadas elecciones de representantes de Maine, estado del extremo norte de la costa este de USA, en la otra punta de Florida. La cuestión de las armas era uno de los puntos centrales de discusión. Por el distrito 57 de Maine corría como candidato el republicano Leslie Gibson, quien tendría asegurada su banca sin competir por no tener opositores. Un día miércoles de la semana en que concluían las presentaciones ante la Secretaría Electoral, Gibson tuiteó dirigiéndose a Emma González "esa lesbiana de cabeza rapada no me impresiona nada". No conforme, también llamó al joven activista de 17 años David Hogg "idiota y mentiroso descarado". Hogg respondió, también por Twitter, pidiendo que alguien, de cualquier partido, entrase a competir con Gibson quien, como hemos dicho, era el único candidato. Una demócrata, Eryn Gilchrist, de 28 años, usando la misma red social, logró reunir los avales necesarios para presentarse en un día, lo hizo contra reloj dado que el plazo vencía el jueves a las cinco de la tarde. Otro tanto hizo el republicano Thomas Martin, político que había decidido abstenerse por haber adoptado un hijo y preferir dedicarse a su familia. Para antes del viernes, Gibson había retirado su candidatura ante la crítica generalizada y la quita de respaldo de su propio partido. Entre el momento de la publicación inicial de Gibson (después borró y se disculpó de lo escrito) y su renuncia a la candidatura, pasaron poco más de 24 horas. Un joven de 17 años, David Hogg, con la pequeña acción de escribir desde su celular 120 caracteres en Twitter, logró lo que antes solía llevar a los políticos años de recorrer los distritos y timbrear a los vecinos. Del otro lado Gibson, desconocedor tardío de las consecuencias de la comunicación de esta época, terminó para siempre su carrera. Sin que existieran la fibra óptica ni internet, el filósofo griego Platón, 400 años antes de Cristo, advirtió algo sencillo: si uno fuera invisible como el imaginario Giges, podría hacer cualquier cosa. Dicho de otra forma, uno puede hacer cualquier cosa siempre que nadie se entere. Ocurre que ahora todo el mundo se entera de todo y en tiempo real. Hay que ser bueno de verdad siempre y en todo lugar, de lo contrario, alguien lo sabe porque las cosas malas circulan más rápido que las buenas. Emma González, ya para aquellos momentos, tenía un millón doscientos mil seguidores en Twitter. El problema también reside en que los actores políticos deben estar en las redes todos los días. No es posible estar ausentes porque desaparecerían del radar, así que el cuidado por lo que publicarán debe ser extremo y, se escriba lo que se escriba, es muy difícil calcular las consecuencias. Se debe trabajar al tanteo. Otra realidad es que hechos pequeños pueden cambiar el panorama de un día para otro. El caso Gibson es una muestra cabal. De no haber cedido a la pasión cuando decidió alzar su dispositivo para escribir, hoy sería legislador. Todo ocurrió apenas un día antes del cierre de listas. Extrapolando a nuestra realidad, hace mal quien piense que el tiempo que resta para el 27 de octubre es poco. Lo hubiera sido años atrás en que una ventaja generosa permitía mantener el auto en medio de la ruta y esperar la bandera de llegada. Ahora los humores cambian de un día para otro y muchas veces no se sabe por qué. Los científicos sociales fueron entrenados por métodos de investigación que no sirven sin que haya aún formas nuevas de medir o de proyectar conductas. Del otro lado, hay quienes han descubierto el método de influir en los votantes enviando mensajes distintos según el perfil que el propio votante hizo de su personalidad en Facebook o Instagram. Esa violación de la privacidad ha llevado a la justicia a Mark Zukerberg, dueño de Facebook, pero las elecciones en el Reino Unido y las que consagraron a Trump en USA ya ocurrieron. Por eso los errores de las encuestas son gruesos. Una muestra de la rareza de la época fueron las manifestaciones masivas en favor del gobierno de Macri el sábado pasado. Por lo general, todo derrotado es abandonado o el ánimo de sus seguidores decae en la misma proporción que crecen la popularidad y el optimismo de los ganadores. Aquí parece no estar todo dicho pues la acción de los perdedores es ahora más enérgica y ellos creen que pueden cambiar la historia. Otra consecuencia local es que se ha advertido que el solo uso de las redes no es suficiente. Los medios tradicionales, diarios, radio, tv, alimentan el debate en las redes y viceversa. Tampoco se puede abandonar para el contacto personal yendo a los barrios. La comodidad de la computadora es más atractiva que el polvo de las calles, pero el polvo de las calles otorga un conocimiento más completo y los medios ayudan con la instalación de temas. ¿Y los programas? No parecen tener la influencia de antes, es más, hasta ahora no se conoce nada de la oposición, sólo que estaría en sentido distinto del gobierno y sin decir nada, ha ganado una primera batalla. El 7 de septiembre comienza una etapa combinada de redes, medios, calle, medidas y declaraciones. La principal oposición centrada en la economía, el gobierno en el sistema republicano y la democracia. Recién a partir de allí podremos elaborar una idea algo más precisa de lo que pudiera pasar.