Desde que asumió Sergio Uñac, allá por diciembre de 2015, se viene diciendo que la relación del gobierno de San Juan con el nacional iba a fluctuar a medida que pasaran los días, las semanas, los meses, o los tropezones políticos de cada uno. Y así fue. Es lógica pura: son dos gobiernos de pensamientos políticos distintos. Hasta hace ocho meses más o menos, la relación entre ambos era de respeto institucional, sin estridencias fuera de lo común. Pero llegó la Reforma Jubilatoria que la provincia no apoyó, y esa cordialidad institucional estalló por las nubes. El macrismo frenó obras y expuso su peor cara, esa que sólo acepta un sí como respuesta para todo; su lado K, se puede decir. Y después los problemas del dólar, el "gradualismo", las tarifas, el combustible, la verborragia sin sentido de Elisa Carrió y la rebeldía de la UCR; es decir, todo un combo que está empujando al macrismo a un camino lleno de piedras y amigos de dudosa confianza, que todo mundo puede ver, casi descarnadamente. En medio de este clima, parece, o al menos así lo analizan desde el gobierno provincial, la Nación tendió nuevamente el puente de la amistad/necesidad con San Juan, porque en las últimas reuniones que mantuvo Uñac con los funcionarios nacionales, le dieron todo lo que hasta hace poco no se podía hacer: Tambolar, rutas, aeropuerto. Al sanjuanino no le quedó nada por reclamar y a la Nación nada por otorgar. ¿Qué habrá pedido a cambio el macrismo? El Presupuesto 2019, según medios nacionales. ¿Qué hará Uñac? Seguramente mandará a sus diputados y senadores a aprobarlo, porque Cambiemos no llega a las elecciones del año que viene sin Presupuesto.

El gobernador sanjuanino comandó dos veces seguidas el municipio de Pocito, la primera en circunstancias políticas muy adversas, y sabe bien lo que es no tener herramientas para gobernar. Quienes lo conocen dicen que jamás dejaría al Presidente (sea del color político que sea) sin Presupuesto porque sería como intentar desbancarlo. También sabe que hay sectores del peronismo que están haciendo todo lo posible para que Macri no termine su mandato, y que le van a pedir a los mandatarios peronistas que no lo apoyen. Uñac trata de mantenerse al margen, lo que no es fácil. Tiene que mantener cierta cordialidad con la Nación para conducir bien su provincia, pero no dejar al Justicialismo de lado, porque es su base electoral, lo que lo ha regido durante toda su carrera política.


Esta semana el derrotero político del sanjuanino incluyó reuniones con Verónica Magario y José Luis Espinoza, dos fuertes líderes que tiene el peronismo en la provincia de Buenos Aires, y también con Rogelio Frigerio, ministro del Interior de Macri. Los días políticos para el sanjuanino son así, tratar de no pelearse con el macrismo, y no ser el nuevo Juan Manuel Urtubey de estas épocas. La semana que viene deberían haber noticias desde lo institucional que refuercen esta teoría, veremos si ocurre.