Internet se ha convertido en uno de los motores de la economía de siglo XXI, permitiendo a todos llegar a una audiencia global. Según un nuevo estudio de la OCDE , la Red representa ya el 13% de la producción de las empresas estadounidenses, abarcando a todos los sectores, desde las comunicaciones a los automóviles, y desde los restaurantes a las tiendas.

Desde que Gutenberg inventó la imprenta, o Alexander Graham Bell el teléfono, no había habido un invento que diera poder a tantos y que ofreciera tan grande posibilidad de beneficiar a la humanidad. En Argentina, el crecimiento del acceso a internet fue sostenido años tras año, y esta tendencia se refleja en el reporte elaborado por Mary Meeker para la compañía de inversiones tecnológicas Kleiner Perkins, que confirma a la Argentina como el país con el mayor índice de penetración de Internet, incluso por delante de Brasil y México.

A nivel global, Estados Unidos encabeza el ranking con el 78% de penetración y con 244 millones de usuarios, mientras que nuestro país se ubica en el segundo lugar, con el 68% y unos 28 millones de usuarios. No es el primer reporte que posiciona a la Argentina como uno de las naciones con el mayor índice de acceso a la web en relación a su cantidad de habitantes. Según el INDEC, en nuestro país existen unos 9.346.000 de accesos residenciales a la red a marzo de 2012.

Ante este poder, no faltan los estados que desean controlar el acceso a internet. Actualmente, esta red libre y abierta está en peligro. Filtran y censuran contenidos 42 de 72 países estudiados por la Open Net Initiative. Esto sin contar a infractores constantes tales como Corea del Norte y Cuba. Por ello, durante los dos últimos años, Freedom House señala que los gobiernos han promulgado 19 leyes nuevas que amenazan la libertad de expresión en línea. Algunos de estos gobiernos tratan de utilizar una reunión a puertas cerradas de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en Dubai, para promover sus agendas represivas.

La historia está plagada de ejemplos de gobiernos que realizaron acciones para una pretendida protección de sus ciudadanos, controlando el acceso a la información e inhibiendo la libertad de expresión. Le corresponde a la ciudadanía no permitir que la censura la prive de informarse a través de internet.