El comunicado del 29 de noviembre de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de la ONU generó titulares celebratorios en la región. Varios países citaron el informe para señalar que a Latinoamérica le va mucho mejor que a los países del Primer Mundo que hasta hace poco le daban lecciones de manejo económico a la región.

¿Pero son tan auspiciosas como suenan a primera vista estas cifras de la Cepal? Veamos lo que dice el informe, y lo que me dijo la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena. Entre 1990 y 2010, el índice de pobreza regional cayó 17 puntos porcentuales (31%), y el índice de pobreza extrema cayó más de 10 puntos (12%), según la Cepal. Más recientemente, entre 2009 y 2010, la mayor disminución de la pobreza se produjo en países exportadores de materias primas, como Perú, Ecuador, Argentina, Uruguay y Colombia. En cambio, México y Honduras, estrechamente vinculados con la debilitada economía de EEUU, sufrieron un leve aumento de sus niveles de pobreza desde la crisis económica estadounidense de 2008.

Pregunté a Bárcena si cree que la pobreza seguirá disminuyendo, o si la tendencia se revertirá apenas caigan los precios de las materias primas. Dijo que es optimista con respecto al futuro. La disminución de la pobreza durante las últimas dos décadas es "'una gran noticia para Latinoamérica'', entre otras cosas porque está produciendo una ampliación de la clase media que generará mayor actividad económica independientemente de factores externos, dijo Bárcena.

Pero el informe no señala que la reducción de la pobreza fue mínima comparada con la de países asiáticos que eran mucho más pobres que los latinoamericanos hasta hace pocas décadas. Las propias estimaciones de la Cepal revelan que en 1990, China y sus vecinos asiáticos -excepto Japón- tenían más del 60% de su población en extrema pobreza, mientras en Latinoamérica era del 23% de la población. Desde entonces, la pobreza extrema de Asia disminuyó casi 50 puntos porcentuales, mientras que en Latinoamérica fue de apenas 10 puntos.

Mi opinión: no quiero ser un aguafiestas, pero la noticia de la reducción de la pobreza sólo pintó el lado positivo de la realidad. El hecho es que gran parte del boom económico de Latinoamérica se debe a que China está comprando masivamente materias primas, algo que probablemente no ocurra con igual intensidad en los próximos años.

Hay tres razones fundamentales por las que los países asiáticos han reducido más la pobreza que los latinoamericanos: la educación, la educación y la educación. Los países asiáticos han estimulado una cultura de la educación de calidad -acentuando el rigor académico y la internacionalización de sus universidades- que les permite producir bienes cada vez más sofisticados que producen empleos mejor pagos, mientras que la mayoría de los países latinoamericanos han ampliado la cantidad de niños en la escuela, sin mayor preocupación por la excelencia académica.

Soy optimista: la región tiene la mejor oportunidad de los últimos tiempos de despegar en la escena internacional. Pero festejar los nuevos datos sin ponerlos en un contexto mundial -y sin embarcarse en la tarea de mejorar los estándares educativos- sólo conducirá a la autocomplacencia, la mayor enemiga de la competitividad y el progreso.