La historia de San Juan desemboca en el siglo XXI y muestra edificios y lugares emblemáticos como la Catedral, Plaza 25 de Mayo, Teatro del Bicentenario, entre otros.

La historia de San Juan es muy interesante. Transitamos el mes de junio en que se conmemora su fundación y la de su santo patrono, San Juan Bautista. Por ello comienzo a leer el libro del 4º Centenario de la fundación de la provincia. En el artículo sobre la historia de San Juan, de César H. Guerrero, hace referencia a la ciudad colonial y la ciudad moderna. Sobre la historia de esta ciudad que tuvo que ser traslada del sitio de su fundación por los conquistadores. Se habla de agua de los deshielos que inundaba la población, por ello se trasladó 25 cuadras más al Sur, donde siguió sufriendo estos embates de la naturaleza, hasta que la obras hidráulicas pudieron dominarlas con un sistema de distribución y de riego. Veinte y cinco manzanas componían el espacio capitalino y las demás zonas, dedicadas por los jesuitas al trabajo y producción. Las construcciones de la ciudad se caracterizaron, según César H. Guerrero, por viviendas de adobe con zaguanes y sin ochavas. Ventanas con rejas de madera y algunas de hierro, calles angostas que eran utilizadas para contener el agua.


En el siglo XVIII, nace el Bº El Carrascal, Cuna del gran maestro, Domingo Faustino Sarmiento, cerca de la plaza y frente a la misma, el templo de San José, con el frente orientado a la Plaza Mayor, en la esquina de "El Portón" y "Real de las carretas", hoy Mendoza y Rivadavia. 


La educación primaria estaba a cargo de los Dominicos y Jesuitas y en la Escuela de La Patria. Así la ciudad va adquiriendo otra fisonomía y con familias criollas. En la centuria de 1800, con una nueva imagen de la ciudad y con un nuevo ritmo. José Ignacio de la Roza como gobernador y con el intendente Gobernador de Cuyo, el General José de San Martín, transformó a la ciudad en fraguas del Ejército de Los Andes para cruzar la Cordillera en la lucha por la independencia y la libertad de los pueblos. 


En esos tiempos, según los textos de historia, se destaca el crecimiento de la ciudad alrededor de la plaza con el Cabildo. También resulta llamativo el constante sufrimiento del pueblo por las inundaciones, debido al aumento del caudal del río. Por tal motivo ocurrió la destrucción de la Iglesia de Santa Ana y San Agustín. 


Haciendo un salto en el tiempo hasta el siglo XX, sin dudas que se produjo un momento que fue el punto de inflexión para la ciudad de San Juan y alrededores. El trágico terremoto de 1944, que se cobró la vida de unos 10.000 sanjuaninos, dio paso con el tiempo a un crecimiento que llevó décadas. Incluso en pleno siglo XXI, puede asegurarse sin temor a equivocaciones que San Juan es la ciudad más moderna y joven del país, con hermosos edificios públicos y privados. La reconstrucción total de la ciudad provocó que su fisonomía cambiara radicalmente.


El paso del tiempo hace que la vida social modifique sus costumbres. En esta modernidad del pos terremoto del "44, si hizo tradicional ir a los cines como Estornell, Renacimiento, Gran Rex, San Martín, San Juan, entre tantos otros cines de barrios. Siempre habían diferentes horarios, como matiné, especial, noche y trasnoche. Había un "acomodador" con su linterna, para ubicar a las personas en las butacas cuando la función ya había comenzado. Entre otros trabajadores que hacían también de personajes que pasaron a la historia estaba el caramelero con la venta de golosinas en el intervalo entre película y película. No olvidando los cines al aire libre, muy buenos de disfrutar en verano en la ciudad, y además el crecimiento de cines en los barrios. Terminada la función y a la salida, los sanjuaninos solían ir a dar una vuelta recorriendo las manzanas más importantes.


En el microcentro las manzanas más importantes tenían negocios íconos como The Sportman, y en el mismo edificio, LV1 Radio Colón, que aún conserva el cartel. En la vereda de enfrente la tradicional Sombrerería Pereira y en la equina El Palacio Fénix. En la esquina de Rivadavia y Tucumán Casa Pons y su salón de baile, La perfumería Ivonne, a mitad de cuadra, Casa Chait, con su bazar y juguetería. Mientras que en la esquina de Tucumán y Rivadavia Gathy Chaves, la gran tienda. A una cuadra la Favorita, Casa Postigo, con venta de música en discos, por nombrar algunas. Como también la heladería Soppelsa con fabricación de helados a la vista y la Confitería El Aguila sitio de encuentro de los domingos después de Misa. Toda un época que los adultos mayores de hoy, como nos llaman, y que disfrutamos de muchos otros negocios que fueron íconos del centro capitalino.


Los restaurantes del Club Sirio Libanés y el Club Español es otro recuerdo que se mantiene vigente en estos tiempos y con ellos el recuerdo de los hermosos bailes de carnaval eran sitios obligados.


Todo lo expuesto puede ser recreado personalmente en el Museo de la Ciudad que posee toda la documentación del San Juan de ayer. Una pincelada de historia para recorrer vivencias a lo largo de los 568 años de la historia de San Juan.


La fe en el Santo Patrono

El 24 de junio es el Día de San Juan Bautista, patrono de la provincia y de la ciudad. La tradición es la de encender fogatas que se multiplican en todos los barrios del Gran San Juan. En diferentes épocas, los pobladores solían participar alimentando el fuego y reavivándola con sal, cantando a su alrededor en cada uno de los barrios. Dice el dicho que estando a comienzos del invierno la fogata ayuda a que no haga tanto frío en esta temporada. Recordando los Santos patronos en la ciudad se realizaban distintas procesiones como la de Corpus Christi donde el obispo recorría e lugar bajo el palio bendiciendo a los feligreses y los diferentes altares que se armaban alrededor de la plaza. He traído el San Juan de ayer en sus 568 años.

María Teresa Forradellas
Licenciada en Turismo