El turismo receptivo tiene un abanico importante para desarrollar y lograr fuentes de trabajo y progreso para los sanjuaninos. Este es el caso del turismo agropecuario y rural, que en distintas provincias argentinas como países de la región tiene mucho éxito. 

Desde tiempos remotos, San Juan estuvo vinculada a la agricultura. Esta actividad pasó a formar parte de su identidad cultural. En ella se destaca la vitivinicultura y olivicultura como productos integrados a otras actividades. Desde esta perspectiva, la posibilidad de promocionar el turismo productivo agropecuario, se puede transformar en una fuente de ingresos importante para la provincia y sus ciudadanos. Esto también desemboca en progreso para departamentos denominados agrícolas, que no tienen desarrollado hasta el momento otro tipo de atractivos o producciones como para vender y generar trabajo más trabajo. Hay que destacar la necesidad de considerar el capital social de la región, buscando una alternativa integrada de desarrollo turístico aprovechando los productos endógenos diversos y complementarios.


Hace unos años presenté en el departamento Rawson, centro de producción agrícola, un proyecto llamado "El sabor de San Juan", en un circuito productivo de la zona, la que en el momento tenía bases productivas, de consumo y venta, que concluyen con el festejo del "Carneo Sanjuanino", que se realizaba anualmente. En ese proyecto, la noción de red productiva hace referencia al rescate turístico de actividades y servicios a nivel departamental, en función de los recursos y escenarios diversos como también para el impulso de pequeñas y medianas empresas locales, formando un tejido articulado de agentes receptores locales.


En los últimos tiempos, se atribuye al turismo un rol decisorio de reconversión de las economías locales y la generación de oportunidades de desarrollo local, con efectos positivos. En ese contexto, San Juan puede tener grandes beneficios debido a una lo que se puede desarrollar para lograr una identidad turística productiva. Esto, más allá de los diferentes escenarios que lo definen, en este caso vinculado con las actividades agrícolas e industriales, y que en el presente muestra condiciones excepcionales para nuevos cultivos.


En términos generales nuestra provincia cuenta con importantes ventajas naturales en calidad de suelos y clima para el desarrollo de actividades agrícolas y un sistema de riego especial para todas las zonas. Esto constituye un determinante fundamental de calidad por su posición ventajosa. El sector agrícola provincial participa con importantes porcentajes en la producción de frutos y en el subsector hortícola.


Por ello la importancia de un nuevo producto de turismo cultural que es el turismo productivo agropecuario. La diversidad de los recursos turísticos obliga a sistematizar y valorar la importancia de cada uno de ellos. 


En ese sentido, la valoración de los recursos productivos debe realizarse de forma tal que la diferenciación de la oferta local se presente como posibilidad de nuevas estrategias. Esto debido a que como actividad económica y como expresión cultural de la sociedad actual, representa una alternativa de cambio, que en momentos difíciles plantea buenas opciones laborales.


Si entendemos por cultura todo aquello que ha sido transformado por el hombre, se lo podría considerar como turismo cultural. No sólo aquel que es atraído por una obra de arte, el museo o monumentos, sino también el paisaje transformado por el hombre. Por ello habría una revalorización del patrimonio agrícola productivo.


Por ello el turismo rural deberá concebirse a partir de su puesta en valor de patrimonio cultural e histórico y contribuir a preservar las costumbres regionales. De esta forma, el producto perdurará en el tiempo trayendo beneficios secundarios a todos los agentes involucrados en el desarrollo agrícola de la provincia. Esto promoverá la reactivación a partir de la incorporación al sistema de una actividad como la turística de alto rendimiento y bajo impacto.


El mostrar y transmitir a potencialidades turísticas como la identidad productiva provincial, implica un proceso de reconocimiento como parte del bagaje cultural y de identidad local, al ser síntesis de los valores identificadores de una comunidad.


Ante esta posibilidad, sería importante que la población rural participe en el desarrollo turístico, en conjunto con la administración, gestión y comercialización de atracciones en el contexto rural provincial, junto con la necesaria calidad de los servicios. Esto ayudará a promover el desarrollo rural.

Por Lic. María Teresa Forradellas
Esp. en Turismo Cultural