Las cifras son escalofriantes: más de 100.000 personas se han presentado como candidatas para 10.000 nuevos empleos de la agencia ICE para capturar inmigrantes indocumentados.
Esto no tendría nada de malo si los nuevos agentes estuvieran exclusivamente dedicados a deportar a criminales sin papeles migratorios, pero todo apunta a que tendrán una misión mucho más preocupante.
Varias organizaciones civiles temen que esta fuerza ampliada del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) no será un cuerpo bien entrenado y debidamente supervisado, centrado en arrestar a delincuentes extranjeros.
En cambio, temen que se convertirá en una fuerza cuasiparamilitar de agentes encapuchados, mal preparados, que perseguirán principalmente a trabajadores agrícolas, niñeras y empleadas de peluquerías.
“El gobierno de Trump ha cambiado su prioridad inicial de detener a inmigrantes con antecedentes criminales y ha pasado a tratar de arrestar al mayor número posible”.
En ciudades como Miami, donde más de la mitad de la población es de origen extranjero, las redadas del ICE podrían desatar un terror generalizado. Entre otras cosas, ICE podría arrestar por error a ciudadanos estadounidenses.
Este no es un temor hipotético. Kenny Laynez Ambrocio, un ciudadano estadounidense de 18 años, fue detenido recientemente por la Patrulla de Carreteras de Florida y la Patrulla Fronteriza mientras viajaba en una camioneta de jardinería, según reportó el “Miami Herald” el 13 de agosto.
En su sitio web oficial, ICE afirma que está reclutando “patriotas” para “arrestar a asesinos, pedófilos, pandilleros, violadores y otros inmigrantes ilegales delincuentes”. La agencia añade que necesita “estadounidenses dedicados” para “eliminar lo peor de lo peor de nuestro país”.
Gracias a la cifra récord de US$170.000 millones para actividades migratorias, aprobada recientemente por la ley “Big Beautiful” de Donald Trump, ICE ofrece a los solicitantes un bono de 50.000 dólares pagadero en los próximos años.
El Consejo Americano de Inmigración, la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) y otros grupos están dando la voz de alarma, argumentando que estos nuevos agentes estarán sujetos a estándares de contratación mucho más bajos que otras agencias federales. Esto, advierten, disparará las violaciones de derechos humanos.
Aaron Reichlin-Melnick, investigador del Consejo Americano de Inmigración, me dijo que todo apunta a que se contratará a “una gran cantidad de agentes con poca formación, sin la capacitación adecuada que serán puestos en la calle sin la supervisión adecuada”.
Una investigación del 2014, realizada por Politico.com, reveló que, en un período de siete años, 2.170 agentes de Aduanas y Patrulla Fronteriza fueron arrestados por varios delitos. Garrett Graff, el periodista que dirigió esa investigación, dijo a CNN que el ICE “ya tiene algunos de los estándares de contratación más bajos en el Gobierno de EE.UU.”.
La crítica generalizada de los grupos de defensa de los derechos civiles es que el gobierno de Trump ha cambiado su prioridad inicial de detener a inmigrantes con antecedentes criminales y ha pasado a tratar de arrestar al mayor número posible de inmigrantes.
Es probable que las consecuencias de estas redadas ampliadas del ICE tengan un impacto mucho más allá de las separaciones familiares y el sufrimiento humano de los indocumentados. Muchos inmigrantes han dejado de ir a restaurantes o centros comerciales por miedo a ser detenidos, lo que seguramente afectará la economía.
Por Andrés Oppenheimer
Columnista del Miami Herald

