El programa de Precios Acordados que estuvo vigente hasta ahora ha sido muy bueno y altamente beneficioso para 

quien fue el destinatario, que es el consumidor.

Sin lugar a dudas que este plan permitió absorber clientes que antes no teníamos, que compraban en otro lado pero como no estaban adheridos al programa venían a los locales que sí lo estaban. Los precios de referencia le dieron previsibilidad al consumidor. 


En febrero debemos evaluar cómo está todo y ver si verdaderamente se justifica o no continuar con el programa. Por ahí las condiciones del mercado hacen que no haga falta que el Estado deba intervenir, porque siempre en la medida que el Estado intervenga lo menos posible en cuestiones de mercado es lo más saludable. Pero claro, por ahí debe hacerlo porque existen procesos inflacionarios, de inestabilidad en los precios que lo justifican.