Los daneses saben cómo aprovechar su casa al máximo y ser felices, esto gracias a su concepto Hygge, que es una manera de vivir a través de los pequeños momentos que nos dan calma. Te explicamos aquí en qué consiste y los consejos para hacer de tu hogar un lugar tranquilo y cálido del que nunca te apetezca salir.
Aunque se trata de un estilo que se impuso durante las últimas temporadas -especialmente post pandemia- el término hygge no es algo nuevo, sino que fue acuñado por los daneses en el siglo XVIII. Etimológicamente, proviene de una palabra noruega que significa bienestar. Más claro, imposible. Para ellos lo más importante del hygge es la creación de un espacio tranquilo y sereno, anti estrés, en el que no haya desorden, a la vista ni mental. Y, en este sentido la decoración de sus casas y los ambientes donde viven, con un estilo nórdico, juegan un importante papel. El objetivo es llevar la felicidad y el relax para darle vida a tu casa. ¡¿Y quién no quiere ser más feliz en su propio mundo y en la vida cotidiana?! A través de esta tendencia, los hogares se vuelven más cálidos, y quienes viven en ellos lo hacen de una manera más apacible, en calma, y con sensación de bienestar plena. Aplicar en casa estos conceptos no es tarea complicada. Solo es cuestión de actitud (relajada) y creatividad (enfocada).
> Hygge: un estilo de decoración con “espacios que abrazan’
Es un estilo que una vez aplicado su significado y sentido -el efecto que produce- es universal. La sensación de bienestar, calidez y disfrute de lo cotidiano no tiene fronteras, y ya no hacen falta demasiadas palabras para explicarlo. En Dinamarca, es una parte fundamental de la vida diaria, y también se refleja en cómo se piensa y diseña cada ambiente del hogar. Más que una tendencia, el hygge es una filosofía. “Crear un ambiente acogedor y disfrutar de las cosas buenas de la vida con buena gente’. ¡Qué más! Y, en el mundo de la decoración, esa premisa se traduce en espacios simples, cálidos y pensados para sentirse bien.
Así se construye y decora un “hogar hygge’ para vivir mejor
En un mundo acelerado, hiperconectado y lleno de estímulos, el hygge propone ir y vivir en el sentido contrario: frenar, bajar un cambio; y sobre todo disfrutar de estar en casa, con una taza de té o café caliente, un buen libro, o una charla íntima, en familia y entre amigos/as. La clave está en crear ambientes que inviten a quedarse, que hagan sentir seguro y cómodo. Definitivamente, más que una cuestión estética, es una elección de vida.
Diseñar el hogar para transformarlo en este estilo no requiere grandes cambios, sino pequeños gestos que aporten calidez y bienestar. Esta filosofía, que va más allá de la decoración, invita a disfrutar de lo sencillo y convertir cada momento en una oportunidad para sentirse bien. Y si hay algo que no puede faltar en un hogar es un rincón especial para quienes viven en la casa. A este spot especial se lo conoce como “hyggekrog’. Es un espacio concebido para el relax, un espacio para encontrar el bienestar individual y en el que el tiempo parece transcurrir de otra manera. No hace falta cambiar todos los muebles ni redecorar desde cero, porque incorporar el estilo hygge se puede hacer con gestos simples. La idea es crear una atmósfera que invite al relax y al disfrute.
¿Cómo aplicar el estilo Hygge en tu hogar?
El estilo requiere una iluminación cálida y elementos cosy que traigan momentos felices: mantas en el sofá, velas y más velas en cualquier rincón, una chimenea encendida y elementos que inviten al relax como son las chaise longues, los tejidos naturales y mucha madera. En definitiva, una decoración nórdica muy apetecible, que nos pida quedarnos en casa. Si quieres que tu hogar irradie felicidad copia ahora a los daneses y sigue estas claves que puedes aplicar en cualquier rincón de tu casa: el salón, la cocina, el patio o incluso en tu espacio de trabajo. Conseguirás ambientes que te reportarán un bienestar necesario. Elementos que lo componen:
Luz cálida y baja: Las velas son grandes aliadas del hygge. También las lámparas con pantalla y las guirnaldas de luz suave.
Textiles acogedores: Suma mantas de lana, alfombras tejidas y almohadones grandes. Todo lo que dé ganas de abrazar. Y el otoño/invierno es el mejor momento del año para empezar a hacerlo.
Paleta de colores neutros: Blanco, crudo, gris claro, tonos tierra. El color está presente, pero en dosis suaves.
Materiales nobles y naturales: Madera, cerámica artesanal, lino. Lo orgánico transmite calma y es hygge.
Todo lo que sea inspirado y/o creado con elementos de la naturaleza, de diseño simple y en tonalidades neutras, es muy hygge.
Puede ser una butaca junto a la ventana o un rincón de lectura. Lo importante es que sea “un rincón bien tuyo’, que lo sientas así y que te invite a disfrutar del tiempo de una manera más relajada.
“Hygge es todo aquello que te hace sentir bien’ expresan sus cultores como si se tratara de un mantra que va más allá de la decoración. En definitiva, nos recuerda que estar en casa puede ser una experiencia cercana y accesible de placer y conexión. La decoración deja de ser solo una cuestión estética para convertirse en una herramienta para el bienestar. De esta manera, el hogar se transforma en un refugio emocional, donde la felicidad pasa por las pequeñas cosas. Y, en términos de decoración, puede estar en los detalles y en el espíritu de un ambiente.
De eso se trata el secreto de la felicidad y el éxito de este estilo nórdico que sigue creciendo y enamorando. Porque en tiempos de tanto ruido, el hygge ofrece algo simple y poderoso.

