Todos los economistas coinciden que no hay peor situación que tener inflación con recesión, y este es el esquema que desde hace casi un año predomina en nuestra economía, responsable de la caída de todos los índices de producción, que ha profundizado la crisis económica financiera que afecta al país.


Las recetas a las que se han acudido hasta ahora, en busca de revertir este complicado panorama, se limitan casi exclusivamente a herramientas financieras basadas en tratar de controlar el precio del dólar y una política de tasas de interés y de bonos con las que lo único que se ha logrado es promover la especulación. Surge aquí la necesidad de implementar propuestas que prevean la posibilidad de llegar con líneas de créditos a tasas especiales a los sectores productivos que más están sufriendo. Evitando todo tipo de especulación, se debería alentar a que las autoridades ejecutivas y del Banco Central dispongan el destino de parte de fondos que mantienen ociosos a manera de encaje bancario, que no pueden ir a cuentas de ahorro o plazo fijo, para ser volcados a una línea especial de crédito que pueda llegar a sectores vinculados al consumo de bienes de capitales como automotores, maquinaria industrial y capital de trabajo. Todos ellos a precios actuales con los descuentos y bonificaciones expresadas al día de la fecha. 


Entre los índices que más preocupan, la caída de la actividad industrial es una de las más notorias especialmente en rubros como producción automotriz, que en la comparación interanual, registró una baja del 16,4%, por la caída del mercado interno, en tanto que en febrero último tuvo una baja del 59% en la venta de vehículos de fábricas a concesionarias. Otro rubro afectado fue el de las maquinarias en general, producto de la siderurgia. En enero último la baja alcanzó el 43%, lo que está derivando en una ola de suspensiones y vacaciones adelantadas en el sector.


En forma similar a los créditos para las pymes a tasa subsidiada que lanzó el gobierno por $100.000 millones, se podría disponer de una línea para volcarla a la inversión de bienes correspondiente a sectores que emplean mucha mano de obra y movilizan en gran medida a la economía.


Ante la caída de ventas en marzo, las automotrices, junto a los concesionarios han salido por su propia cuenta con planes especiales a tasa cero o de bajo porcentaje. Esto es una señal de que los mercados están requiriendo medidas que ayuden a incrementar las ventas para salir de este esquema de recesión que atenta contra la producción en general. Soluciones de emergencia, pero que pueden generar aportes para la riqueza nacional.