Cada año, para esta época, los casos de intoxicación por monóxido de carbono ocupan un lugar importante entre las tragedias derivadas de las bajas temperaturas ambiente. La necesidad de calefacción para enfrentar el frío hace que se recurra a estufas, calefones, hogares a leña, calderas, termotanques y braseros, que no siempre funcionan correctamente, pudiendo ser la fuente causante de esta peligrosa forma de intoxicación que suele ser letal. Junto a este problema surge otro que, si bien, no es exclusivo del invierno, se da con mucha frecuencia en los meses más fríos del año. Se trata de los incendios que suelen producirse tanto en zonas urbanas como rurales y que se deben, fundamentalmente, a la precariedad con que están realizadas algunas instalaciones y a la sobrecarga a las que éstas son sometidas ante la gran cantidad de electrodomésticos que en la actualidad tiene una vivienda o salones modernos.


En ambos casos, la prevención es lo más importante ya que mediante controles periódicos de los artefactos y la eliminación de las instalaciones eléctricas precarias se minimizan este tipo de accidentes que últimamente tienen muy preocupados a los sistemas de salud y de seguridad pública, en particular a la División Bomberos de la Policía de San Juan y demás cuerpos de bomberos voluntarios departamentales.


En promedio, en la Argentina, cada año hay más de 1.600 personas intoxicadas por inhalar monóxido de carbono, de los cuales alrededor de 200 pierden la vida. Aunque estas cifras actualmente no provoque un gran estupor si se las compara con las que ocasiona el coronavirus, son muy significativas porque afectan a personas que en la mayoría de los casos están clínicamente sanas. Su deceso se produce por descuido, no conocer las normas establecidas respecto del mantenimiento de los artefactos o por tomar medidas extremas ante el frío como bloquear entradas de aire obligatorias de las viviendas o entradas ocasionales como las hendijas por debajo de las puertas o ventanas.


En el caso de los incendios, que también son generadores de monóxido de carbono por la combustión de materiales que se produce al quemarse una casa u otras instalaciones, las estadísticas de bomberos señala como una de las principales causas la precariedad de instalaciones eléctricas o rudimentarios sistemas de calefacción, como el tradicional brasero que es peligroso si no se toman medidas precautorias.


Conocidas estas causas es el momento de advertir las consecuencias a través de la enseñanza de las medidas precautorias. Se debe insistir con estos conocimientos tanto en personas adultas responsables como en las generaciones jóvenes, a las que hay que ir generando conciencia del peligro, y en esto la escuela es muy importante.