Rafael Nadal, número uno del tenis mundial, avanzó hoy a la final del Masters 1000 de Montecarlo, torneo que ganó en 10 ocasiones, tras imponerse sin pasar sobresaltos sobre el búlgaro Grigor Dimitrov por 6-4 y 6-1 en poco más de una hora y media de juego.

Nadal alcanzó su duodécima final en el Principado, su mejor marca personal en un torneo, tras eliminar en semifinales a Dimitrov (5) e irá este domingo en busca del título frente al ganador del partido que animaban a continuación el ascendente alemán Alexander Zverev (4) y el japonés Kei Nishikori (36).

El español, nacido en Mallorca hace 31 años, no parece dispuesto a ceder su trono en el ranking mundial y sobre todo en el polvo de ladrillo, así lo había demostrado ayer cuando arrasó con el austríaco Dominic Thiem (7) por 6-0 y 6-2, y lo ratificó hoy ante Dimitrov, un rival al que aventaja 11-1 en sus enfrentamientos personales.

Lo más curioso sucedió segundos después del final del partido con Dimitrov. Nadal se dirigió a su banco y rápidamente agarró su teléfono. "Vamos a pegar unos drives lo más rápido posible", les escribió a sus entrenadores. Las cámaras tomaron la reacción de Carlos Moyá, quien lo entrena, con su celular, leyendo el pedido de Rafa.