En Italia, una mujer se sacó una selfie en su nueva casa y apareció una figura aterradora detrás de ella. La espeluznante imagen impactó en las redes sociales y aterrorizó a la familia que, recientemente, se mudó a un fantasmagórico palacio de más de 800 años de antigüedad.

Se trata de la reconocida conductora de radio australiana Kate Langbroek. Hace un tiempo que ella anhelaba tomarse unos años sabáticos para vivir en un palacio antiguo junto a sus seres queridos, ubicado en la ciudad de Boloña, pero un repentino suceso frenó su emoción.

Todo parecía un sueño para la mujer de 58 años, su esposo Peter Lewis, y sus cuatro hijos, Lewis, Sunday, Artie y Jan. Sin embargo, pese a haberse radicado en una casa construida hace 800 años, ninguno de ellos esperaba enfrentarse a situaciones paranormales o sobrenaturales.

Kate Langbroek había recibido a una amiga en su tan esperado y ansiado hogar. Para celebrar, decidieron sacarse una selfie juntas, pero en un espejo antiguo apareció algo aterrador: una figura irreconocible se encontraba por encima de su cabeza.

La dueña de la vivienda juró que no estaba allí en el momento de tomar la fotografía. “Está en un antiguo palacio, algunos de los espejos fueron construidos en el SXIV y otros tres grandes, ubicados en el salón, aparentemente son del siglo XVIII”, explicó la conductora.

Además, en la publicación, aseguró que le dijo a su amiga Tash: “Siempre pienso que si me doy la vuelta muy rápido, podré ver el pasado en este espejo". Pese al susto que le generó el hecho, ella le confirmó a sus más de 165 mil seguidores y amigos de Instagram que no se trataba de “una broma”, aunque no pudo encontrar una explicación racional.


“Miren por encima de mi cabeza. ¿Qué es eso? Espero que si esa aparición blanca es un fantasma, al menos ayude para que finalmente podamos mudarnos", concluyó sarcásticamente la mujer, por las trabas que todavía presentan para radicarse definitivamente en su nueva mansión.

Tanto ella como su familia continuarán los papeles para asentarse en esta casa de más de 800 años. No obstante, nadie pudo explicar qué era esa figura, si se trataba de un error de la imagen o un espíritu al que también le agrada el lugar.

Fuente: Crónica