Un gran revuelo se armó en el Convento de las Rosalinas en Valladolid, España, cuando la comunidad religiosa se enteró que una monja está embarazada de tres meses.

Lo insólito de la revelación es que la mujer contó que el bebé se gestó por intersección del Espíritu Santo y sin relación sexual previa. 

“Yo no quiero pecar de inmodestia, ni ofender al Santo Padre pero esto tuvo que ser el Espíritu Santo. No hay otra explicación puesto que yo no conozco ni conocí a ningún hombre en los años de mi vida. Debió visitarme en sueños y fecundarme. No estoy diciendo que yo sea una nueva Virgen María, eso tendrán que confirmarlo desde el Vaticano.”