Cuando Rebecca, una madre de Misuri en Estados Unidos, le preguntó a su hija Audrey cómo le gustaría celebrar su tercer cumpleaños, la niña tenía un solo tema en mente: "Caca".


"A lo largo de varios meses, cada vez que le preguntábamos por la fiesta, Audrey pedía globos con forma de caca y una torta con forma de caca", explica Rebecca. "Intenté sugerirle otros motivos, pero ella insistía en que quería caca". Al final, su marido y ella decidieron aceptar esta peculiaridad y organizar para Audrey la fiesta que ella quería.La madre confirma que a todos les pareció una fiesta muy divertida. "Creía que los abuelos dirían algo, pero todos se rieron cuando se lo conté", añade.

"Me da la sensación de que en la era de Facebook y Pinterest en la que vivimos a veces nos preocupamos más por intentar impresionar a los demás adultos", opina. "Esta fiesta no era para mí, era para Audrey. Me gusta pensar que cuando veamos las fotos en el futuro serán un fiel reflejo de mi hija con tres años: mi pequeña divertida y extravagante".