Inició el Primer Festival Internacional de Jazz en el Teatro Sarmiento, cuya columna vertebral de este encuentro está armada por las clínicas especializadas con los maestros de la escena nacional e internacional de este inagotable género musical y además, por sus respectivos recitales. La primera jornada abierta y gratuita de actividades intercambio y formación, dejó un saldo interesante para los aficionados, que en su mayoría, son estudiantes de música, artistas ya afianzados con trayectoria profesional, docentes e intérpretes de otro palo artístico con ganas de incursionar en el terreno de la improvisación y la fusión de estilos. Una oportunidad irrepetible y enriquecedora fue para los jóvenes ya que tuvieron a su alcance un "mano a mano" con figuras de la talla de Alejandro Santos, Alejando Demogli, Leo Vera y el prestigioso Peter Mazza, quien se presentó a la noche, después del cierre de esta edición.


En el ambiente, estos nombres tienen una alta reputación y la manera en que se presentaron en el escenario, propició un encuentro fluido e interactivo entre ellos y el público, con un lenguaje, por momentos de un profundo nivel técnico y por otros, de un diálogo de ida y vuelta permanente. Como el espacio del teatro configuró el contexto y el formato de la charla, el público estuvo predispuesto a ver y escuchar con detenida atención. Algunos vinieron en búsqueda de construir su propia base artística y su estilo personal en beneficio a su carrera particular. En estas circunstancias, la consigna fue aprender y absorber todo lo que se pueda, en un período de tiempo limitado -cada sesión duraba 40 minutos- por lo que era necesario sumar todas aquellas cosas que puedan sumar al proyecto propio y descartar aquello que no era útil. En el mundo de la formación musical, esto es un proceso de esculpido personal para la elección personal de un camino artístico propio.


Fue importante también para los más experimentados, que poseen una trayectoria definida. Algunos exponentes locales como "Chicato" Sánchez, Orlando Tejada, Esteban Calderón, Elisa Montenegro -que tienen procedencias e identidades musicales diversas- estuvieron abiertos, motivados y concentrados durante las charlas. En la rueda de preguntas y consultas, si uno conocía mucho o poco, no era trascendente, porque casi todos, se sacaron las dudas particulares. En otro tiempo, los más veteranos debían recurrir a los libros, rara vez se podía acceder a un disco de pasta (o incluso disco compacto) de algún referente jazzístico nacional o internacional ya que era difícil y caro de adquirir. Pero la experiencia de ayer, fue única, ya que fue concebido el contacto directo "cara a cara" y en presencia del artista escuchado y estudiado en la teoría.


¿Cuál es el criterio para saber cómo armar los patrones rítmicos o armónicos?, fue una de las tantas preguntas que inquietaban al auditorio. Recursos para generar contrastes sonoros; la complejidad del jazz; el acompañamiento entre diferentes instrumentos; ejemplos de situaciones que se pueden suscitar al momento de tocar en el escenario; qué elementos se pueden emplear a la hora de improvisar... todo ello, era conversado en términos de acordes, melodías, notas, frases, secuencias, pausas, silencios, armonías, arpegios, autores, compositores, intérpretes históricos y compases. La charla técnica era rotunda y con demostraciones. Cuando los protagonistas pusieron en práctica lo dicho, los aplausos y las retribuciones de agradecimiento fueron unánimes.


Dimogli, por ejemplo, hablaba de la generación de los músicos de jazz de los '60, '70 y de los artistas de la generación del '90. Las viejas y nuevas vertientes. Referentes contemporáneos como Peter Mazza y otros que, en palabras del guitarrista, "lograron poner pie en la tradición profunda del jazz y otro en la innovación, ese ir y venir es lo que más me gusta y de eso se trata el jazz. Va hacia adelante, incorpora cosas nuevas, crean en base a lo que está hecho".


Si se necesita ejercitar la mano o calentar antes de empezar a tocar, cuestión que también fue otra de las consultas de la platea, el guitarrista respondió: "eso va en cada uno, yo en lo personal no hago nada de eso, no me gusta, prefiero escuchar y prestar atención, jamás aprendí técnicas para eso. La música está acá y acá (indicaba con su mano la mente y el corazón) busco la forma de construir técnicamente lo que quiero que suene".


Por otro lado, el flautista Santos les aconsejó a todos: "El jazz se caracteriza porque el músico no toca lo que está escrito, sino que busca abrir el juego, despertar la atención y sorprender al oyente, hacerlo interesante y dejar que todo fluya".

Arturo Puentes en el contrabajo y Alejandro Dimogli en la guitarra fueron los que inauguraron la clínica dando consejos en la ejecución y acompañamiento instrumental. Una concurrencia nutrida de músicos jóvenes y adultos, como también aficionados de otros géneros, vieron la oportunidad de abrir nuevos horizontes en sus carreras. El flautista Alejandro Santos, por su parte, recomendó varias técnicas para la improvisación.


El show continúa


La segunda jornada del Festival de Jazz arranca a las 17 con la clínica de Michael Küttner, Peter Mazza, Gustavo Meli, Vohko Mama. A las 21, será el recital de Tres Latin Jazz y Federico Hial, Alejandro Santos Cuarteto y Michael Küttner Project. Todo se desarrollará en el Auditorio Juan Victoria, con entrada gratuita y libre. La Jam Session será a las 23 en el Café del Auditorio.