
La tragedia de Cromañón los marcó para siempre, los dividió y a pesar de las heridas, los litigios judiciales, la condena social, no pierden el apoyo popular de miles de jóvenes que siguen con fervor las canciones de Callejeros a lo ancho y largo del país. Maximiliano Djerfy, Elio Delgado y Juan Carbone, rompieron filas con Pato Fontanet y el resto de la banda, para transitar por un camino y con un proyecto musical propio: Nuestra Raza. Los ex Callejeros lideran el nuevo grupo desde 2014 y por quinta oportunidad, volverán a la provincia para dar el ritual rockero con los grandes clásicos de su etapa anterior y las nuevas piezas de su futura primera placa que será bautizada como "Voces". En el medio de su gira por Cuyo, Djerfy charló con DIARIO DE CUYO.
– ¿Están viviendo un renacer para ustedes como artistas?
– Sí, este es nuestro oficio, nuestra profesión. Si a un carpintero le hubiera pasado lo que le pasó nosotros, no hubiese dejado de hacer bancos o sillas. Personalmente, la música es nuestro refugio para poder sobrellevar lo que tuvimos.
– ¿Cómo poner en palabras los sentimientos encontrados que guardan después de la tragedia?
– Todo lo que pasamos, lo canalizamos con las canciones. Todos estamos haciendo terapias. Lo hablamos muchas veces entre nosotros y por separado cada uno saca su propia conclusión. Nos analizamos a nosotros mismos. La gente que estaba alrededor de la banda (por Callejeros) se alejó, nos dimos cuenta de que había mucha falsedad en nuestro entorno. Hubo otra gente que se quedó y nos apoyó, porque saben que somos inocentes, eso nunca estuvo en duda. Los que se quedaron en otro lado y dudaron, bueno, no tengo nada para decir, allá ellos, cada uno piensa y dice lo que quiere, por eso gracias a Dios que vivimos en democracia.
– Más allá de la sentencia judicial, la tragedia dividió a muchas familias. ¿También les generó fuertes contradicciones internas?
– Vivimos la tragedia no-natural más grande de la República Argentina. Esto hizo brotar las diferencias entre nosotros y puso a la luz nuestras propias miserias de cada uno. Lo que pasó, sacó lo peor de todos, nos destrozó como personas y como grupo. Todos tuvimos que reconstruir las vidas en lo personal. Empezar de cero todo. Pudimos salir adelante, soportamos la cárcel, cada uno de la banda está haciendo lo que puede en la música, algunos con más o menos éxito, pero bueno: estamos levantados haciendo música, que es lo que nos gusta.
– ¿Hubo un antes y un después en la idea de hacer música?
– No sabíamos lo que era estar dentro del rubro y cómo se manejaba. Después de Cromañón, nos dimos cuenta de la enorme hipocresía que existe en este ambiente. Mucha gente se abrió de gambas en el rock, pero lo único que tengo certeza es que contamos con la dicha de que la gente sigue nuestras canciones, tenemos la suerte y el privilegio de vivir de la música y trabajar para esto.
– ¿Entre ustedes se plantearon cómo continuar?
-No nos queda otra opción. O seguimos o no. No hay término medio. No me quedaré en balde en esta vida. Alguna misión debo tener. Mi filosofía es ponerle el pecho a la vida y avanzar. Hay gente que carga también con otros problemas y sigue adelante. Ahora, que viajo mucho por el país, veo mucho campo y vacas de un lado y por otro, veo en muchas provincias una miseria tal que los chicos se mueren de hambre. No puedo entender nunca cómo esta desigualdad sigue lastimándonos.
– ¿Cómo tomaron la liberación de Fontanet y su regreso a los escenarios?
– La última vez que nos saludamos fue en tribunales y después, no tuve más contacto, ni relación con él. Creo que está bien que siga cantando, me pone contento y es el trabajo que tenemos. Él es cantor y nosotros músicos, todos tenemos derechos a seguir tocando. Porque somos esto.
– ¿Qué actitud tenés cuando los familiares de las víctimas siguen criticándolos?
– Hay muchos padres que lucraron con la muerte de sus hijos. Eso es muy triste. Con eso no estoy de acuerdo, al duelo lo hago de otra manera, sin cobrar nada de plata. Ahora, ellos viven de los hijos muertos. Nada los traerá de vuelta. El juicio civil y penal lo pagamos, pero ya está, no nos queda otra.
– ¿El paso por Callejeros te ha dejado alguna satisfacción?
– Estoy orgulloso de haber sido callejero. Si volviera a nacer, haría lo mismo. Musicalmente aprendí mucho en la banda, me metí en este trabajo de verdad y con respeto profesional. Estoy feliz de haber sido integrante del grupo. Somos tres exintegrantes, tanto Juan, Elio y yo, mantenemos una conexión con Callejeros que será inseparable.
– ¿Hay posibilidad de que toquen juntos de nuevo?
– La verdad que me encantaría, no tengo ningún problema, pero lamentablemente no depende de mí. Hay muchas internas, somos muchos. Y se tienen que dar muchas condiciones. Te soy sincero, creo que nunca será posible. Además, pienso en el hoy, pienso en mi hija que tengo que cuidar. Vivo y trabajo hoy con esta banda y seguir con mi familia.
DATO
Nuestra Raza. Viernes 6 de julio a las 21 en Luna Morena (Av. Rawson 1358 sur). Bandas invitadas: La Terca, Hijos del Rock, Hasta que el cuerpo aguante, Cristian "El Grillo" Malbrán. Anticipadas: $250 (las primeras 100 entradas) en Cultura Under, John Foos y Descartables San Juan.
