Es la banda de cumbia pop de San Juan que más ha logrado trascender la provincia y el país, con su alegría y sus canciones pegadizas. Lindos, jóvenes, exitosos, a fuerza de trabajo supieron alcanzar la popularidad y cerraron un 2018 con muchas presentaciones y más planes. Sin embargo, el 2019 no empezó nada festivo para el combo, que transita su mayor revés desde su creación. Días atrás, uno de sus integrantes, Federico Amín, fue escrachado en las redes por "golpeador', tras una situación con su novia en una fiesta. Y lo que se trataba de mantener en la esfera personal, se fue de las manos en un abrir y cerrar de ojos. Aunque la joven en cuestión desmintió taxativamente por escrito y en dos oportunidades el referido maltrato, al escrache se le sumaron -en sintonía- el duro testimonio de una ex (que relató en Facebook, con lujo de detalles, episodios de violencia que vivió con él cuando estaban juntos) y el pedido público de ayuda, vía Instagram, de la madre de la novia de Amín. Fue ella quien finalmente hizo una denuncia en la Dirección de la Mujer, dependiente del Ministerio de Desarrollo Humano, que derivó en una "prohibición de acercamiento' que el Segundo Juzgado de Familia le impuso al artista, que ahora debe estar a 300 metros de la chica en cuestión y de su mamá; tal como reza un comunicado de prensa del Poder Judicial librado ayer, donde dice que "el supuesto caso de violencia de género estuvo siendo monitoreado por la Oficina de la Mujer de la Corte de Justicia, después de haber tomado estado público en las últimas horas'.

Convertido en un escándalo mayúsculo, con gran repercusión en medios y redes sociales, ayer fue la banda la que salió a despegarse: a través de un escueto comunicado, informó la desvinculación de Amín de Pijama Party, aduciendo "incompatibilidades en nuestra forma de trabajo', pero además mencionó "algunas nuevas situaciones íntimas y personales' que exceden al grupo y que los afecta "sin merecerlo'; y añadió que por su parte seguirán su actividad "con más energía que nunca'.

Si bien muchos aplaudieron la decisión del grupo, es cierto que pulularon comentarios de lo más diversos. Algunos se manifestaron en contra de los escraches y pidieron prudencia hasta que la Justicia dictamine. Otros se alinearon detrás de dos posturas enfrentadas: los que creen que le soltaron la mano y los que consideran que, con no exponerlo, lo protegen. Y no faltaron quienes arremetieron incluso contra Pijama Party por esgrimir asuntos íntimos y personales que "exceden a la esfera propia de actividad e incumbencia de la banda', criticando que no se compromete con la lucha contra la violencia de género, ya que no apunta a ello, y prioriza sus propios intereses.

Así las cosas, en el lapso de unos pocos días, el conocido artista pasó a ser blanco de acusaciones por violento, con su nombre y fotos multiplicándose en las redes y una causa abierta; justo en el medio de un fuerte movimiento contra la violencia de género, que le da un marco aún más complejo al caso. Pero además, Amín se quedó sin su lugar en la banda de la que fue mentor y protagonista, donde se desempeñaba como cantante y guitarrista; que hasta llegó a tocar en el programa de Mirtha Legrand, entre otras vidrieras importantes dentro y fuera del país.

Socialmente denostado y fuera de la agrupación de cumbia pop, Federico decidió llamarse a silencio. Cerró sus cuentas en las redes sociales y no responde a los llamados. Desde Pijama Party, Macarena Flores Palacio -la vocalista- dijo a DIARIO DE CUYO que no dirán una palabra más y se limitarán al comunicado. "No queremos seguir sumando leña al fuego', expresó tajante, y agregó que "todo lo extra que cualquiera quiera saber, es de chusmas...'.