Se trata del medio más primitivo que cuenta la especie humana para comunicarse. Desde tiempos inmemoriales, las tribus lo usaban para advertir peligros o para acompañar rituales en las tareas cotidianas, en las guerras para las marchas de los ejércitos y hasta para realizar ceremonias religiosas. La percusión, a través del tambor, el bombo y otros elementos, estuvo presentes en cada época y en la modernidad, la batería condensa todas sus propiedades y gamas de sonidos. A tal punto que Alex Leys la considera un instrumento musical "que cura". "Es el más puro de todos, capaz de expresar los más profundos sentimientos humanos, desde la dulzura, al amor, la bronca o la violencia. Todo está allí", sostiene uno de los pocos artistas de batería que se desempeña como solista en el país y que comparte un lugar de pocos referentes de la talla de Terry Bozzio, Akira Jimbo o Marco Ianetta. Uno de los pocos que logra realizar un concierto pleno, donde la batería es el instrumento protagonista. 


En medio de una gira nacional para promocionar su actual producción discográfica "Poética Tour 2023", el músico llegó a la provincia y compartió un espectáculo-clínica en el Cine Teatro Municipal de Capital -mediante un programa de talleres de formación artística y profesional que organiza el espacio- y durante la experiencia, explicó a este medio la esencia de su propuesta.


Lejos de los típicos solos de batería que puede ofrecer cualquier músico abocado al instrumento, lo distintivo de Leys es que crea obras propias, presentando todos los elementos, desde el ritmo y dinámicas, la melodía, armonía y la orquestación, en una gran sintaxis sonora combinada. "Tengo una estructura de mi formación en música clásica, pero también cuento con improvisación jazzera, energía rockera, una identidad tanguera, sin track pregrabados, sin pistas, ni otros músicos que me acompañen, es toda composición ejecutada en tiempo real, que se monta en dos partes, una parte de performance y concierto y otra más educativa o charla conversando con la audiencia", dijo el artista.


Respecto a la improvisación, uno de sus sellos, aclaró cuál es su concepto: "Vivimos en un mundo donde la planificación a largo plazo en la vida, se terminó. Es un protocolo que no va más. El futuro era, hace 30 años, trabajar toda la vida y envejecer en la misma empresa, jubilarse, comprarte la casa, tener hijos y ser abuelo. Ya dejó de ser ese el objetivo de vida. La aceleración y digitalización de la sociedad hizo que el futuro sea el próximo martes... y no tenemos idea qué sucederá ese martes. La improvisación consiste en saber lidiar eventos inesperados y cómo salir del paso. Bueno, eso esta implícito en la abstracción de mi música, donde hay planeamiento, pero también improvisación, que veo como una elección de libertad frente a la comodidad y la seguridad", detalló el joven batero.


En una búsqueda un poco más compleja y comprometida, la intención de Leys es "reflexionar sobre el rol del artista. En la historia humana, el artista ha hecho pensar y crear interrogantes a la gente, es la interpretación de las cosas que ocurren y lograr una síntesis. Es dar luz sobre lo que sucede en la realidad. Mis charlas van unidas a eso, para que sean lo más abierta posible a la gente común. No es necesario que seas músico para entenderme", desarrolló el baterista. 


Fiel a sus consignas, ayer al finalizar la clínica, más allá de brindar respuestas, el artista procuró que los asistentes se llevaran muchas preguntas. En la idea de reformular los métodos de enseñanza les planteó qué hacer con la improvisación en la sociedad actual. "No es cuestión ya de bateristas o músicos, sino qué es capaz de hacer un artista. En efecto, me conmueve hacer música con valores, con curiosidad, coraje, humor y originalidad. Eso trato de transmitir", concluyó.