Dicen que la música y el canto elevan el espíritu. Y eso bien lo saben las intérpretes del Coro Canto a la Vida, que este mes cumple las Bodas de Plata. En la carta especial por la celebración que hizo circular por las redes sociales, la agrupación dejó en claro su lema: "Cantar es vivir'. Tal expresión fue forjada en las experiencias vividas, en las giras, los conciertos, las historias pasadas y presentes de cada una de las integrantes de esta formación fundada en 1995. Nilda Doña de Albornoz fue la creadora, pero no en solitario, por el contrario; contó con el apoyo de varias compañeras co-fundadoras como Lilia Julia Miglioli y Nidia Azucena Yanzón. A partir de ese núcleo comenzó a gestarse este proyecto artístico, al principio con 18 coreutas hasta conformar las actuales 50 voces femeninas, más el músico Alberto Pintos, quien es su mayor soporte. Lamentablemente, por este año pandémico, tuvieron que resguardarse, imposibilitadas para festejar como les hubiese gustado: tener un concierto de celebración.

El debut artístico de 1995. En la Parroquia de La Merced, la interpretación de "Espíritu de
Dios".

Pero para paliar un poco las ganas de volver a cantar juntas, les quedan los gratos recuerdos, anécdotas y las fotos de una bitácora enorme que atesoran, en papel y en la memoria. Nilda fue la interlocutora que dialogó con DIARIO DE CUYO para repasar los mejores momentos del coro. La directora, orgullosa defensora de la educación pública y de su labor con las niñas y niños, buscó otro horizonte para su jubilación como maestra de enseñanza musical y así no quedarse de brazos cruzados. De eso modo fue que se embarcó en esta aventura de constituir un coro de adultos mayores e integralmente femenino. 


La primera actuación fue en la Parroquia de la Merced en 1995 y al año siguiente fue su gran e inolvidable paso a la sala del Auditorio Victoria. Luego llegaron numerosos conciertos por todo el país (desde Jujuy y Misiones hasta Tierra del Fuego) y también por Chile, Uruguay y Brasil; pero con la particularidad de ir siempre por el camino de la autogestión, sin recibir ninguna contraprestación económica, ni honorarios: "Llevamos nuestro canto a cambio de brindar a la comunidad alegría sin cobrar ningún dinero. Solo por amor y entrega a la música', dijo Nilda, que siempre estuvo al servicio de los demás. Esos valores que conservan son los que la mantuvieron en pie: "no nos doblegarán nunca, porque al compartir nuestro testimonio, demostramos que el adulto mayor no es descartable', afirmó la docente. 

En Rosario, ante el Monumento a la Bandera. Fue uno de sus tantos momentos
icónicos de sus giras.

Ellas conciben al coro como un gran cuerpo viviente, cada una es parte vital del organismo. "No nos sentimos como viejas, no damos lástima. No somos profesionales y no tenemos formación académica, pero la magia de la música nos sostiene. El momento en que sentimos el primer aplauso de agradecimiento del público, eso que tanto extrañamos ahora, nos hace seguir creyendo en que podemos dar mucho más', comentó Nilda, quien ha sido el alma mater de este corpus dedicado al repertorio polifónico tan diverso desde lo clásico, folklórico, lo romántico, popular y litúrgico. 


"A nuestra edad, los hijos no nos comprenden, nuestros nietos menos, pero nosotras nos tenemos a nosotras, compartimos las mismas piedras del camino, porque el coro nos dio esperanza y un futuro, así lo sentimos". Sea en medio de ausencias dolorosas, el paso del tiempo y las dificultades superadas en el camino, el coro de estas "abuelas musicales' estará cuando se lo necesite, para una campaña solidaria, siempre dispuestas a entregar su mejor actuación. 

ELLAS DICEN


Elinor Holtz - Soprano


"El coro ha logrado sacarme de momentos difíciles que me tocaron personalmente. Tuve la posibilidad de conocer la República Argentina, que de forma particular jamás hubiera hecho. Esos viajes con la compañía de gente de la edad de uno es sumamente agradable y maravilloso". 



Zulma Castro - Mezzosoprano


"Quedé viuda, se murió mi madre y el coro fue mi nueva familia. Es una terapia hermosa para la gente mayor, nos ayuda a vivir. Subir a un escenario, es una caricia para el alma. 20 años actuando en el Auditorio Victoria y viajamos por el continente, todo gracias a su directora".



Elena Frías - Contralto


"En 1996 ingresé al coro y no me arrepiento de haber dado ese paso. Es un grupo de seres humanos especiales. Practicamos la amistad y la solidaridad, nos ayudamos en las buenas y en las malas. Todo lo que hicimos fue entrega total por sentimiento, no por lo material". 


Beba Manera - Soprano


"Lo primero, el amor a la música que nos eleva, segundo, la fraternidad con las compañeras. Nos hizo solidarias, la directora nos respetó como somos y la disciplina que adoptamos es fenomenal. Nilda trabajó mucho por nosotras. Me dio la posibilidad de vivir profundamente de otra manera".