Silvina Martínez - Artista plástica
Hay películas que por una u otra razón nunca se borran de la memoria. Frecuentemente y con agrado, yo recuerdo un film que ya es uno de los clásicos universales y que seguramente ya todos vieron. Me refiero a ¡Átame! de Pedro Almodóvar; excelentemente protagonizada por Antonio Banderas y Victoria Abril; película que tuve oportunidad de ver en el Festival de Cine de Berlín en 1990, muy poco tiempo después de haber sido estrenada. El hecho de ver en Alemania una película hablada en castellano y que fuera ovacionada de pie por el público internacional presente, fue hondamente emotivo e impactante para mí; tal vez por ello, la tengo siempre presente. También por la música del final, que ha sido tan difundida. Pero además soy admiradora del originalísimo lenguaje de Almódovar. Creador de una estética, en la que el color juega un papel fundamental y en la que cada personaje y cada objeto por cotidiano e insignificante que sea, está cuidadosamente estudiado para crear una armonía visual única. Lógicamente, hay mucho más en su poética que el "almodovariano" estudio del color y de la composición de las escenas y de los personajes; su fina ironía, su sarcástico humor, el manejo de situaciones disparatadas que surgen de una capacidad especial para analizar la vida diaria y la psicología humana y otras tantas cosas que lo han convertido en uno de los genios del cine mundial