El prócer. Protagonista y difusor del folklore cuyano durante varias décadas, Pelufo Barboza es reconocido y querido por propios y extraños. Su amistad y vínculo con los artistas locales y nacionales lo hizo merecedor de una distinción que siente orgullo de recibirla en vida.


El extenso recorrido de Américo "Pelufo" Barboza con la música cuyana tendrá un reconocimiento en vida, a quien fue uno de los exponentes que proyectaron el cancionero local en los escenarios del país y en el extranjero. Desde sus comienzos con el grupo Tres voces y Tres guitarras, su amistad con Rodolfo Páez Oro y Bebe Flores, hasta su consagrado paso junto a Manuel Mínguez en el Dúo Mínguez-Barboza, le valieron como antecedentes para ser reconocido como "Prócer de la Cultura Federal". Tal título se lo otorgará la fundación Juan de los Santos Amores, el Instituto de Arte Folklórico (IDAF) y el Museo Nacional del Cabildo de la Ciudad de Buenos Aires. Dichas instituciones distinguen todos los años a personalidades destacadas de las artes y de la cultura nacional, por lo que en esta oportunidad, el sanjuanino será el protagonista elegido para la ceremonia que se llevará a cabo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el próximo sábado 19 de mayo (programado para las 11.30 frente al histórico edificio), en el cual, el músico fue invitado a estar presente para recibir el diploma en cuestión.


El conocido artista -retirado hace años del circuito profesional- recibió la noticia como una caricia al alma: "Pienso que se trata de un premio a la trayectoria artística", dijo a DIARIO DE CUYO.

Gira por Estados Unidos. El Dúo Mínguez-Barboza transitó por espacios musicales en Washington y otras ciudades del país del norte. La época dorada del conjunto.


 

Pelufo apela al popular dicho que dice "nadie se hace profeta en su tierra", para contrarrestarlo con su experiencia vivida. "El cariño de la gente de San Juan nunca nos faltó", dijo el pocitano.


En la remembranza y marcado por la nostalgia, Pelufo repasa la gloria del pasado que significó el dueto cuyano, que en todo momento quiso resaltar: "Comenzamos por los escenarios locales, después nos fuimos a San Luis, La Rioja y Mendoza. Pero a los 24 años hicimos el gran despegue al ganar el certamen de nuevos valores en el Festival de Cosquín en el año 1970. Fue una prueba de fuego y nos fue muy bien. Julio Mahárbiz, presidente de la comisión, nos había presentado y le gustó. Lo triste fue que no nos dejó hablar en el escenario, sólo cantar. Fue una situación fea porque queríamos conectarnos con el público, de todas maneras ganamos y nos salió bien", relató el músico. De Cosquín, saltaron a Jesús María, luego vinieron giras por Neuquén, Río Negro, hasta Chile y Estados Unidos, compartiendo numerosos recitales junto a otros exponentes de la música latinoamericana. Con seis discos publicados y en la etapa de mayor crecimiento y convocatoria, en 1995, sorpresivamente, la dupla se quiebra: "Después de un festival de La Rioja, no lo ví bien. Cuando decido hablar con él en su casa al día siguiente, hace un respiro y me dice 'no doy más', con eso, había abandonado la carrera musical".


Pese a la separación, Pelufo continuó trabajando con Páez Oro, pero sin posibilidad de grabar más, ya que con el fallecimiento del "Gordo", los proyectos musicales futuros habían quedado truncos. Con el tiempo, Pelufo dejó también el circuito profesional para dedicarse a su empresa gastronómica, aunque no dejó la guitarra: "Manuel se dedicó a la vida doméstica, a su casa, no nos juntamos a tocar más juntos. Él lo dispuso así, se cansó. Para mí no tiene explicación". 

Hasta 1995, la dupla llevó una ascendente carrera. Publicaron seis discos y recorrieron escenarios compartiendo encuentros con Luis Landriscina, Los Quilla Huasi, Mercedes Sosa, Chango Nieto, Oscar Valles y Argentino Luna.

Además, Pelufo recordó también que tuvieron varias oportunidades para trascender artísticamente pero hubo cosas que no se concretaron. "En una oportunidad, Mahárbiz nos presentó a su hermano (Carlos, que era presidente de la discográfica Fonovisa) para grabar un álbum. Debíamos llamar y confirmar cuándo sería, pero como buenos sanjuaninos que somos, nos quedamos acá, nunca lo hicimos. Mínguez no quiso, no se entusiasmaba con estas actividades y le escapó toda la vida a los homenajes. Podríamos haber hecho algo importante".


Al día de hoy, tener un reconocimiento en vida, significa mucho para el cantante pocitano. "Tengo 40 temas propios, pero con Manuel jamás grabamos. Las letras no las tengo registradas porque considero que todavía no he llegado al nivel de una poesía como de De la Torre o de Saúl Quiroga. Pero ahora tengo posibilidad de grabar y pienso hacerlo antes que sea tarde. Lo haré solo o con mis hijas", contó. 


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Publicado por Diario de Cuyo en martes, 10 de abril de 2018