Nació en Mendoza en 1970, cuando la ausencia de tecnología no hacía más que incentivar la imaginación y la creatividad que, de por sí, a él ya lo desbordaban. Allí, Santiago González Riga empezó a dibujar y a crear historias desde niño, hizo sus estudios de rigor y, con evidente talento, no tardó en convertirse en el gran historietista que ha marcado generaciones de lectores en Argentina y también fuera del país. Con ese palmarés es que hoy jueves Chanti protagoniza dos actividades en San Juan, donde inició su carrera profesional, precisamente en DIARIO DE CUYO, con “Mate y bombilla”.
Aprovechando esta visita, en el marco del “Chanti Tour” (con el que recorrerá el país) el artista dialogó con DIARIO DE CUYO. De esas personas con las que da gusto conversar, simple, expresivo, elocuente y absolutamente apasionado por su actividad, el también autor de “Facu y Café con Leche” y de “Mayor y Menor”, entre mucho más, sobrevoló sus inicios, su rotundo éxito en el universo infantil y también sus otros proyectos, tal vez no tan populares pero no menos exitosos, que completan el ADN de un creativo imparable.
“Hace mucho que no voy a San Juan con una presentación, así que estoy entusiasmado. Siempre es una alegría volver” dijo.
– San Juan tiene un capítulo en tu trayectoria artística…
– San Juan fue donde publiqué mi primer trabajo profesional, “Mate y Bombilla”, cuando tenía 21 años. Lo publiqué en el suplemento Cuyito, desde el ’91 al ’95.
– ¿Fue más importante para vos a nivel de proyección?
– Claro, sí, sí, sí, pero además de haber sido mi primer trabajo serio y que continuó varios años, fue cuando me di cuenta que yo tenía algo en especial con las historietas y la comunicación con los lectores. Ahí pude comprobar que mis personajes conectaban muy bien con la gente, porque mandaba comentarios a Carta al lector.
– Supongo que también cambió tu forma de producir, porque entonces había que pensar en tiempos, entregas… Como que tomó otra dimensión.
– Totalmente, tal cual. En Diario de Cuyo aprendí lo que era trabajar profesionalmente. No podía fallar, había que cumplir con plazos… Sí, ahí aprendí lo que era trabajar con el ritmo frenético de la publicación periódica. Pero era lindo porque tenía mucha difusión…
– Todavía se recuerda esa historieta…
– ¡Sí! Y me lo dicen. Era un chico que vivía en un puesto en el campo, Mate le decían al nene, que tenía una lagartija, Bombilla. Como Mendoza y San Juan somos súper parecidos, porque tenemos el mismo clima, la montaña, bueno, yo ponía las cosas que nos pasaban: que caía el granizo, que venía el viento zonda… Me acuerdo que me escribían muchos y me decían “¡Qué lindo, por fin una historieta bien sanjuanina!”, porque en general eran cosas de Buenos Aires, cosas que no pasaban acá, como el Tintero, por ejemplo, que después nos quitó el lugar en el suplemento infantil (risas). Me acuerdo que una vez hice un concurso, porque Bombilla quería vacaciones, entonces la gente tenía que elegir un personaje secundario y presenté varios candidatos: una mula muy pesimista, el perro Rabioso, unas gallinas, y la gente se enganchó muchísimo. Hicimos todo el proceso, los chicos votaban, pero…
– ¿Qué pasó?
– De un momento a otro nos avisan que se suspende el suplemento y los chicos ya habían votado. Uno sabe que estos trabajos no son eternos, que en algún momento podía terminar, pero lo que no me gustó fue que no me avisaran con tiempo para poder haberle dado un cierre, por los chicos… Entonces lo que hice fue hacer una última historieta, que no salió por supuesto, pero la fotocopié y se la envié por carta a los que habían participado más. Ese fue el final de Mate y Bombilla. Pero bueno, siempre agradecí esa posibilidad, porque me vinculó con la gente, me abrió otras puertas… Después vino “Facu y Café con leche”, en La Valijita… Yo soy mucho de mirar para adelante, si se acababa una cosa, seguía con otra.

– “Con Facu y Café con leche” continuaste en el mundo infantil ¿Qué te atrapa de ese universo?
– Me encanta porque me da más libertad. Siempre me gustó la fantasía y el mundo infantil me permite abrir los límites de esa fantasía. Tengo más historietas de fantasía que realistas. Creo que “Mayor y Menor” es casi la única más realista que tengo, pero en todas las otras siempre está metida la fantasía, incluso en “Mate y Bombilla”, porque los animales hablan. Tengo historietas muy, muy locas, por así decirlo, con un humor muy absurdo, como pueden ser los libros que publiqué de “Historias delirantes y otros locos personajes”, que salieron en suplementos infantiles…
– ¿”Mayor y Menor” ha sido una bisagra?
– Es la que más éxito tiene y todavía me divierte, si no la dejaría. Me encanta porque se trata de niños y a mí me divierte mucho cómo los chicos piensan, cómo observan, las conclusiones que sacan…
A mí me divierte mucho cómo los chicos piensan, cómo observan, las conclusiones que sacan…
– Los niños de ahora son distintos, más estimulados, más conectados…
– Sí, esas cosas han cambiado, pero no veo que hayan cambiado tanto ellos, creo que se nota más en los adolescentes que en los chicos. A los niños les sigue encantando chapotear en un charco, sacar la lengua si llueve para probar el agua… ese tipo de cosas sencillas que son las que pongo en “Mayor y Menor”. Bueno, esta historieta nunca fue pensada como una historieta infantil, era para todo público, salía en la revista Rumbos, pero los chicos se la apropiaron porque los protagonistas eran chicos. Por supuesto, sabiendo que la leían mucho, traté de no poner cosas como la identidad de los Reyes Magos, por ejemplo… pero también tiene muchos guiños para los adultos.
– ¿Sentiste alguna vez que el éxito de un producto te encasilla? ¿Quedar como “entrampado” en un éxito?
– No. Yo estoy explorando muchísimas cosas nuevas, tengo un montón de proyectos. Este año he terminado tres libros que no tienen nada que ver con lo que venía haciendo. Uno es el que voy a presentar con los ilustradores de San Juan, porque no es para chicos, es sobre el montañismo. Se llama “Sube y Baja, la montaña y nosotros“, que me ha publicado Cultura de Mendoza y estoy recontra agradecido.
– ¿De qué trata?
– Es sobre situaciones que se pasan en la montaña, algunas con humor y otras con reflexión, todas cosas que he vivido, porque desde muy chiquito salgo a la montaña. En un principio se lo mostré a las editoriales donde publico, pero claro, imagínate a una persona de Buenos Aires que le hablen de un libro de montaña… Estoy muy contento, está teniendo muy buena repercusión en redes, lo comparten en otros países…
– Lo bueno es que la gente te va siguiendo en tus intereses, distintos públicos tal vez…
– Claro. Hace varios años saqué “Criaturas”, son ilustraciones sobre monstruos y niños. Fue algo que hice para mí, porque quise probar otro tipo de cosas. Se lo mostré a una editora en Buenos Aires, hicimos el libro, y le pusimos un pequeño texto ambiguo a cada ilustración, quedó muy bueno, ahora quieren hacer otra edición. También tenía otra serie de dibujos “raros”, y como trabajé muchísimo ilustrando cosas de otros, le propuse a la editora hacer el proceso inverso: que el escritor escriba sobre la ilustración un micro cuento, y salió algo maravilloso. Por ejemplo hay un hombre tan, tan grande que se está calentando las manos con el sol…. Se llama “Sobrenatural”, porque tiene que ver con la naturaleza, que me encanta, pero también porque son cosas muy raras que pasan. Ese va a salir el año que viene…
– Clarísimo, el éxito no te encasilla…
– Yo podría haber seguido a full con “Mayor y Menor” y hacer mil cosas de eso, pero quiero hacer otro tipo de cosas. Y eso hace, a la vez, que no me canse. Lo que menos soy es rutinario.
– ¿En qué faceta te encontrás más, o la gente encuentra más a Chanti?
-No sé qué pensará la gente, pero en todas esas cosas soy yo 100%. Chanti es todo eso, y te diría que más… Yo tengo 55 años y estoy en el mejor momento de mi carrera, porque es cuando puedo hacer lo que quiero. Tengo un montón de proyectos, de ideas… Creo que tengo más ideas que vida (risas). Salir de la zona de confort a mí me hace sentir vivo. Pero ojo, también soy consciente que soy un privilegiado, un historietista que vive de esto, cosa que ya es difícil y no solo en Argentina…
Yo tengo 55 años y estoy en el mejor momento de mi carrera, porque es cuando puedo hacer lo que quiero. Tengo un montón de proyectos, de ideas… Creo que tengo más ideas que vida (risas). Salir de la zona de confort a mí me hace sentir vivo
– También caminaste mucho para lograrlo…
– Ni te cuento… Ahora por ahí los chicos se viralizan en redes y sacan un libro… Para mí fue un camino muy largo hasta publicar. En mi época de la facultad me iba en micro a Buenos Aires con una carpeta, porque ni internet teníamos para mandar las cosas. Compraba una revista, me fijaba en los datos al final, la dirección, quién era el jefe de arte y me mandaba. Nunca tuve contactos. Un montón me dijeron que no, también tuve mala suerte, me hicieron esperar horas y no me atendieron…. fue complicado. Imaginate si me hubiera desanimado. Pero yo seguí para adelante, siempre. Creo que esa es la idea.
Propuesta articulada, charlas y encuentro
Chanti está en San Juan en el marco de una articulación entre la Subsecretaría de Cultura de Mendoza y el Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte de la provincia a través de la Dirección de Bibliotecas Populares y Actividades Literarias. Esta mañana dio una charla destinada a alumnos de sexto año de primaria, en el Museo de Bellas Artes Franklin Rawson. Por la tarde, dará otra para ilustradores e historietistas, en el espacio EDIS de Bibliotecas Populares.
Predispuesto y encantado, Chanti repasó su vida y obra junto a los pequeños, que siguieron encantados cada anécdota del historietista, quien también los animó a subir al escenario y hasta les dio algunos tips para dibujar.
“Es un gusto darle charlas a los chicos”, dijo a DIARIO DE CUYO el artista mendocino, que destacó la importancia de la historieta como vehículo de la lectura; y valoró el trabajo de las escuelas en ese sentido.
Mirá imágenes de la charla con los chicos











