
Un gracioso y confuso diálogo se produjo entre el papa Francisco y Melania Trump durante el encuentro que el Sumo Pontífice mantuvo con el Presidente de Estados Unidos y su familia.
Al saludarse, Francisco quiso tener un momento de cercanía hacia la Primera Dama y le preguntó por un dulce típico esloveno: “La Potica”: “Señora, ¿le han invitado a comer…la potica? Ella quedó impactada y sorprendida. No sabía qué decir, confundió el postre con la pizza: ¡Ah, sí, la pizza!’ (risas).
Pocos saben la predilección y cariño que Bergoglio le tiene a este dulce esloveno, dulce de los ancestros de la Primera Dama. Lo conoce de familia: la sobrina del Papa, María Inés Navajo, se casó con un hombre de familia eslovena y el Pontífice cada vez que encuentra a alguien de esa zona le recuerda lo bueno que es ese manjar.
La exmodelo eslovena nacionalizada estadounidense no entendió la referencia sobre el dulce que se suele desayunar el domingo de pascua.