El adolescente armado de origen latino que mató a tiros a 19 niños y dos maestros en una escuela primaria había anunciado en Facebook la masacre unos 15 minutos antes de empezar a disparar, dijo ayer el gobernador de Texas, Greg Abbott, en un día en que continuaban apareciendo detalles de la matanza.

El atacante, identificado como Salvador Ramos, de 18 años, también publicó un mensaje en el que decía que le iba a disparar a su abuela, y posteó nuevamente para confirmar el crimen.

La abuela del joven, que recibió un disparo en la cara poco antes de que empezara el ataque a la escuela, sobrevivió y llamó a la policía.

Ramos huyó de la casa que compartía con sus abuelos y chocó su auto cerca de la Escuela Primaria Robb en Uvalde, en el estado de Texas. Entró a la escuela por una puerta trasera con un rifle de asalto AR-15 y equipo táctico.

El sujeto se atrincheró en un salón de clases de cuarto grado, dijeron las autoridades, y mató a estudiantes y dos maestras antes de que un soldado estadounidense le disparara, dijo Abbott. Otras 17 personas sufrieron lesiones.

Las publicaciones de Facebook fueron la única advertencia de la masacre, dijo Abbott, y agregó que Ramos no parecía tener antecedentes penales ni registros de problemas de salud mental.

Ramos compró dos rifles y cientos de municiones días antes del ataque, informaron varios medios, citando a un senador estatal que había sido informado por la policía.

El ataque, que ocurrió 10 días después de que un supremacista blanco disparó contra 13 personas en un supermercado de Buffalo, en Nueva York, ha reavivado el debate sobre las leyes que permiten portar armas en Estados Unidos.

 

La peor en 10 años

En el tiroteo escolar más letal en casi una década, Salvador Ramos, de 18 años, comenzó la masacre disparando a su abuela y mientras huía estrelló su vehículo cerca de la escuela primaria Robb en Uvalde. Se bajó y comenzó a disparar su rifle. Tenía chaleco antibalas.

 

  • DISPUTA POLÍTICA

En una señal de la cargada atmósfera política, Beto O’Rourke, el candidato a gobernador put… que desafía a Abbott en las elecciones de noviembre, interrumpió la conferencia de prensa para confrontar a Abbott por flexibilizar, en lugar de restringir, las leyes de armas del estado. Varios funcionarios le gritaron a O’Rourke y uno de ellos lo llamó ‘un enfermo hijo de put…’ por hacer del tiroteo un ‘asunto político’, aunque no estaba claro quién.

O’Rourke fue escoltado fuera del edificio y habló con los periodistas entonces, calificando como una ‘locura’ que a un joven de 18 años se le permita legalmente adquirir un rifle de asalto AR-15.

‘Les debemos medidas a esos padres. Quieren que hagamos algo ahora mismo. Pero si seguimos aceptando esto, entonces es culpa nuestra, no es sólo culpa del gobernador, es culpa nuestra’, dijo O’Rourke.

Texas tiene algunas de las leyes de armas de fuego más permisivas del país.

En un discurso en horario de máxima audiencia el martes por la noche, el presidente Joe Biden pidió nuevas medidas de control de armas. ‘Como nación, tenemos que preguntarnos cuándo, en el nombre de Dios, vamos a hacer frente al lobby de las armas’, dijo, alzando la voz. Pero parecía poco probable que se apruebe una nueva legislación en Washington. Prácticamente todos los republicanos en el Congreso se oponen a nuevas restricciones a las armas, indicando que la Constitución garantiza el derecho a portarlas.

Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que se está organizando un visita de Biden a Texas.

Mientras Biden y el expresidente republicano, Donald Trump se preparan para una batalla por la tenencia de armas, el pueblo de EEUU no salía de su conmoción horas después de otra de las cientos de masacres a tiros en lugares públicos que sufre cada año, y autoridades revelaron que los 19 chicos y dos docentes asesinados en la escuela de Texas estaban todos en el mismo salón, donde se había atrincherado el joven de 18 años que los mató.

Las identidades de algunas de las víctimas y el número de heridos aún se desconocían, y familiares de chicos a los que no han vuelto a ver subían fotos de ellos a redes sociales pidiendo información, mientras surgían detalles de la más reciente de la larga serie de matanzas en escuelas, iglesias y restaurantes y comercios del país.

La policía y otros agentes de seguridad que respondieron al ataque del martes tuvieron que romper ventanas de la escuela de la localidad de Uvalde para permitir que pudieran escapar alumnos y maestros, dijo ayer teniente Christopher Olivarez, del Departamento de Salud y Seguridad Pública de Texas al canal de noticias NBC.

En otra entrevista, con CNN, Olivarez dijo que todas las víctimas estaban en la misma aula del Colegio Secundario Robb. "El tirador fue capaz de entra en un aula, se atrincheró ahí adentro y otra vez empezó a dispararle a numerosos chicos y a maestras que estaban en el aula, sin ninguna consideración por la vida humana", contó.

 

  • El tirador fue muerto luego por la policía.

El tiroteo en Uvalde, una localidad con una gran población latina, fue el más mortífero de su tipo en EEUU desde que un joven mató a 20 chicos y seis adultos en la Escuela Secundaria Sandy Hook de Newtown, Connecticut, en diciembre de 2012.

Familias esperaron por noche hasta latas horas, reunidas en un centro cívico, noticias sobre sus hijos e hijas. Cada tanto, el silencio se interrumpía por los gritos o llantos de padres que recibían la peor noticia.

Hace diez días, un joven supremacista blanco de 18 años mató a tiros a diez personas negras en un supermercado de Buffalo, estado de Nueva York.