Buenos Aires, 13 de diciembre.- Un informe del médico que tuvo que reanimar a los infantes en un hospital suburbano de Chicago es tanto una historia de éxito como una advertencia. Estos dos casos son las excepciones y su notable progreso no debe suscitar expectativas falsas: la mayoría de los bebés tan diminutos no progresan de la misma manera y muchos no sobreviven ni siquiera con tratamiento médico avanzado.

"Estos son casos extremos", advirtió el doctor Jonathan Muraskas, del Centro Médico de la Universidad Loyola. No deberían ser considerados la generalidad como para que los médicos traten de salvar a todos los bebés tan pequeños.

El informe difundido el lunes en línea por Pediatrics reseña los casos de Madeline Mann, nacida en 1989 con un peso de 280 gramos en ese entonces récord mundial y Rumaisa Rahman, de siete años, cuyo peso al nacer de 260 gramos es la nueva marca mundial. Otros dos bebés nacidos desde 1989 pesaron menos que Madeline y una niña alemana nació el año pasado con el mismo peso.

El estudio trata una cuestión intensamente debatida cuando Madeline nació hace 22 años y que todavía no tiene respuesta clara: ¿después de cuántas semanas puede nacer con buenas posibilidades un bebé en gestación? Todavía nadie lo sabe, dijo el doctor Stephen Welty, director de neonatología en el Colegio de Medicina Baylor y el Hospital de Niños de Texas en Houston.

Muraskas y los coautores del informe advierten que la mayoría de los especialistas consideran que los bebés nacidos después de 25 semanas de gestación tienen probabilidad de sobrevivir y por lo tanto deberían recibir atención médica si la necesitan para respirar. Los bebés de menor tiempo de gestación están en una "zona gris" en la que la intervención no siempre es tan segura.

En Japón, los médicos han reducido ese umbral -la edad gestacional- a 22 semanas, cuando los embarazos normales duran 40 semanas. También algunos médicos en los Estados Unidos intentan salvar a los bebés de 22 semanas de gestación, pero no se hace rutinariamente, explicó el doctor Edward Bell, profesor de pediatría en la Universidad de Iowa.