El rey emérito de España, Juan Carlos I, comunicó a su hijo y actual monarca, Felipe VI, que abandona el país, una decisión histórica que convulsionó la política española en medio del avance de la investigación sobre sus cuentas en Suiza con dinero presuntamente procedente de coimas sauditas.

"Es una decisión que tomo con profundo sentimiento, pero con gran serenidad", explicó el exmonarca en una carta que reprodujo la Casa Real en un comunicado. Desde hace semanas, el gobierno de coalición progresista de España presionaba para que la Casa Real actuara frente al escándalo de corrupción en el que está involucrado Juan Carlos, quien está siendo investigado por blanqueo y comisiones ilegales por la justicia suiza y de forma preliminar por el Tribunal Supremo español. La comunicación de la trascendente y polémica decisión de autoexilio llegó cuando el rey emérito, de 82 años, ya había abandonado España, según varios medios locales, aunque hasta esta noche se desconocía su destino debido a que el Palacio de la Zarzuela no lo develó.

La posición oficial del Ejecutivo español, encabezado por el socialista Pedro Sánchez, es de "respeto" a la decisión comunicada por la Casa del Rey y "reconocimiento del sentido de ejemplaridad y transparencia que siempre han guiado al rey Felipe VI desde su llegada a la Jefatura del Estado".

Sin embargo, el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, expresó de forma directa su desacuerdo: "La huida al extranjero de Juan Carlos de Borbón es una actitud indigna de un ex jefe de Estado y deja a la monarquía en una posición muy comprometida", escribió en Twitter. "Por respeto a la ciudadanía, y la democracia española, Juan Carlos I debería responder por sus actos en España y ante su pueblo", añadió.