Las autoridades británicas están "furiosas" con Estados Unidos después de que varios datos de la investigación tras el atentado de Mánchester, que fueron compartidos con este país fueran filtrados, incluyendo fotos de la bomba utilizada.

La ministra de Interior británica, Amber Rudd, se quejó de que datos compartidos con el Departamento de Seguridad Interior de Estados Unidos y con otras agencias de inteligencia fueron filtrados a la prensa estadounidense, incluso antes de que las autoridades en el Reino Unido decidieran divulgarlas.

"La policía británica ha dejado muy en claro que desean controlar el flujo de información para proteger la integridad del operativo, el elemento de sorpresa", dijo, según consignó The Guardian. "Así que es irritante si se divulga por otras fuentes, y he sido muy clara con nuestros amigos que no debe volver a pasar", agregó.

Al ser preguntada sobre si estas filtraciones han afectado la investigación misma, Rudd dijo: "yo no iría tan lejos".

Poco después de la declaración, el diario The New York Times volvió a publicar una exclusiva difundiendo fotos del lugar del atentado y los restos de la bomba.

Las fotos habían sido captadas por la policía de investigaciones y según fuentes del gobierno británico fueron compartidas con agencias estadounidenses, que fueron quienes filtraron la información.

Además de las fotos, el martes por la tarde, horas antes de que hubiera confirmación oficial, la cadena estadounidense CBS News reportó el nombre del yihadista que se hizo estallar en un concierto de música pop en Manchester causando la muerte de al menos 22 personas y más de 100 heridos.

La prensa británica quedó en silencio, sin reproducir el nombre (Salman Abedi) que ya conocían, pero que no había sido corroborado por las autoridades ya que el operativo seguía en marcha, y que los estadounidenses habían "confirmado" gracias a una presunta filtración.

"Estamos furiosos. Esto es completamente inaceptable", dijo una fuente del gobierno. "Estas imágenes filtradas desde dentro del sistema estadounidense son una molestia para las víctimas, sus familias y para la opinión pública en general", agregó.

No fue la única "primicia" que tuvieron, ya que pudieron reportar antes que nadie la confirmación de que se trataba de un ataque terrorista y el número de víctimas, siempre citando "autoridades estadounidenses" como fuente.

De inmediato las autoridades estadounidenses fueron objeto de fuertes críticas por develar información a la prensa que les había provisto la policía británica, en secreto.

La situación se vio potenciada por el reciente escándalo que protagonizó el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, acusado de compartir con Rusia información sensible que le había confiado en secreto Israel.

"Este gobierno filtra. ¿Qué significa eso para el intercambio de información que necesitamos para avanzar? El Reino Unido e Israel son probablemente las mayores fuentes de inteligencia del país", dijo Thomas Sanderson, director de amenazas internacionales en el Centro de Estudios Estratégticos e Internacionales de Washington, al periódico británico The Guardian.

Durante dos horas los medios del otro lado del atlántico y de buena parte del mundo citaron a la CBS y la NBC, hasta que la policía de Manchester finalmente anunció que el nombre era correcto.