Una vez más, el papa Francisco salió hoy sorpresivamente del Vaticano para ir a bendecir familias que viven en departamentos populares de Ostia, localidad balnearia de la periferia romana, que queda a unos 30 kilómetros de esta capital.
 

Allí, tal como informó la Sala de Prensa de la Santa Sede, como si fuera un párroco el Papa entró a diversas casas de un barrio popular para darle la bendición pascual, en el marco de la costumbre que inició con los "viernes de la misericordia" durante el Jubileo de la Misericordia del año pasado.
 

"Como señal de cercanía a las familias residentes en la periferia de Roma, el Papa decidió bendecir, casa por casa, sus viviendas, como hace el párroco cada año durante el período pascual", indicó el Vaticano.
 

Hace dos días dos Plinio Poncina, párroco de Stella Maris, una de las seis parroquias de Ostia, había puesto un aviso sobre la puerta de un condominio de casas populares para avisar a las familias que iba a pasar a visitarlos para la tradicional bendición pascual, contó la Santa Sede. Por eso fue inmensa la sorpresa de los vecinos cuando quien tocó el timbre fue el papa Francisco y no don Plinio.
 

El Papa, como un párroco, con mucha simplicidad conversó con las familias y bendijo una docena de departamentos del condominio de Piazza Francesco Conteduca 11, dejando rosarios de regalo.