Furia. Los manifestantes no ocultaron su furia. En algunos casos, respondieron disparando fuegos artificiales contra la policía, que golpeó a varias personas.

Una multitudinaria protesta convocada por los sindicatos que derivó en hechos de violencia colapsó ayer la capital brasileña y exigió la ‘inmediata‘ renuncia del presidente Michel Temer, cada vez más acorralado por graves sospechas de corrupción.


La manifestación, en la que según la Policía Militar participaron entre 35.000 y 40.000 personas, comenzó en forma pacífica pero generó serios enfrentamientos cuando la multitud se aproximó a la sede del Parlamento, donde comenzaron los hechos de violencia que llevaron al mandatario a pedir refuerzos de ‘tropas federales‘.


Al parecer, la policía impidió a unos manifestantes adentrarse en los jardines que rodean el Congreso y reprimió ese intento con gases lacrimógenos, lo cual acabó desatando focos de disturbios a lo largo de los dos kilómetros de la Explanada de los Ministerios, que concentra todo el poder público nacional.


La sede del Ministerio de Agricultura fue atacada con bombas molotov que desataron un incendio en una de sus entradas, sofocado rápidamente por los bomberos. También fueron atacados los Ministerios de Hacienda, Cultura, Turismo y Energía y Minas, y a lo largo de la Explanada muchos de los manifestantes le prendieron fuego a contenedores de basura y otros objetos.


Las autoridades no informaron sobre el número de heridos, que los sindicatos cifraron en una veintena, uno de ellos impactado en el cuello por una bala y que se encontraba ‘estable‘ en un hospital de Brasilia. Mientras ocurrían los incidentes, Temer despachaba en el Palacio presidencial de Planalto, vecino al Parlamento y donde el ministro de Justicia, Raúl Jungmann, anunció que el presidente había decidido solicitar ‘refuerzos de tropas federales‘.


‘Era una manifestación que estaba prevista como pacífica, pero que degeneró en violencia, vandalismo, agresiones al patrimonio público y amenazas a las personas‘, lo cual ‘no se puede permitir‘ en ‘un proceso que se desarrolla en forma democrática‘, declaró el ministro.


Jungmann confirmó además que los incidentes obligaron a liberar a todo el personal de los ministerios y otros organismos públicos que están en la zona en que ocurrían los conflictos y dijo que el ‘refuerzo‘ de tropas era también para garantizar la seguridad de los funcionarios. La manifestación fue convocada por sindicatos que inicialmente protestarían contra reformas de corte liberal impulsadas por el Gobierno, pero que tras conocerse los graves indicios de corrupción que salpican el mandatario agregaron la consigna ‘Fuera Temer‘. Ese grito también se escuchó en los plenos del Senado y de la Cámara de Diputados, entonado por legisladores de oposición que estuvieron cerca de llegar a las manos con partidarios de Temer, que presuntamente avaló que se pagara el silencio de un preso, para que ese último no revelara detalles de la corrupción en la empresa estatal Petrobras. Efe