Tras más de cuatro días de un complejo recuento de votos, Joe Biden logró la victoria en el estado de Pensilvania que le otorga un mínimo de 284 votos electorales, superando los 270 necesarios para consagrarse como presidente electo de Estados Unidos. El resultado de Pensilvania fue confirmado por la agencia AP y los principales medios de comunicación de Estados Unidos, pero el presidente Donald Trump está lejos de reconocer la derrota. Por el contrario, ha denunciado un fraude en los estados más disputados e inició en ellos demandas judiciales. La disputa podría escalar hasta la Corte Suprema de los Estados Unidos.

Se trató de una elección cerrada y mucho más pareja de lo que habían previstos las encuestas. Biden se alzó con victorias en estados decisivos con muy pocos votos de diferencia. Desde el comienzo de la campaña, Trump había planteado objeciones sobre el sistema de votos por correo, que existe hace décadas en Estados Unidos pero que esta vez, ante las limitaciones para el movimiento que impone la pandemia de coronavirus, alcanzó un récord de más de 100 millones de sufragios anticipados por esa vía. Todos los analistas anticipaban que ese sistema sería fundamentalmente elegido por los votantes demócratas como finalmente sucedió. Por eso, al comienzo del conteo de votos presenciales, Trump apareció liderando en algunos estados que luego terminó perdiendo cuando se sumaron los votos recibidos por correo.

Ahora se abre un compás de espera para que las cortes estatales y, eventualmente, la Corte Suprema, certifiquen el resultado electoral.

De ser así, el próximo 20 de enero Joseph Robinette Biden asumirá con 78 años como el segundo presidente católico en la historia de Estados Unidos, después de John F. Kennedy.

Junto a él, asumirá la primera mujer vicepresidente, la abogada afroamericana, ex fiscal general de California y actual senadora Kamala Harris. Mucho se ha especulado con que, por su edad, el ex vice de Barack Obama aspiraría a un solo mandato como presidente, para después abrir paso a Harris.

Biden prometió durante su campaña que tratará de sanar las heridas y recomponer cierto consenso social en una sociedad muy dividida por el estilo de liderazgo de Trump. También hacia el exterior, expuso su intención de retomar una diplomacia más clásica y recomponer relaciones con organismos multilaterales con los que el presidente republicano tomó distancia.

Biden no será un extraño en la Casa Blanca, mucho menos en Washington DC: el demócrata fue vicepresidente de Obama durante sus dos términos, 2008-2012 y 2012-2016, y desde 1972, cuando llegó al Senado para representar a Delaware, ha sido parte del paisaje de la ciudad.