Lleno total en las calles. Las calles de los alrededores del Parque O"Higgins estuvieron llenas de gente que se amontonó para subir al metro. Los carabineros ordenaron el ingreso durante más de 2 horas.

La entrada al Parque O"Higgins fue demasiado rápida para algunos, y para otros un poco más demorosa, pero nada complicada. Sin embargo, el momento de la desconcentración fue tedioso. Es que el caos de la gente que salía apurada para tomar el metro (red de subterráneos de Santiago), sumado al cansancio y al calor, hizo que la espera par volver a sus casas u hospedajes pareciera eterna.

Es que hubo momentos en los que la gente hizo hasta una hora de fila para subir al metro, en la zona más cercana al parque donde Francisco había oficiado la misa por la mañana. Caso contrario, había que caminar más de 15 cuadras (larguísimas) para llegar a otra parada de subte.

Tras la despedida del papa argentino, por los parlantes informaron que un grupo religioso iba a interpretar canciones de la iglesia para que la gente saliera lentamente o para que quienes se quisieran quedar lo hicieran y se sintieran acompañados. Sin embargo todos tenían apuro de regresar. El cansancio fue lo que motivó a que todos buscaran la mejor forma para dejar el parque.

"Estamos con mucho sueño para caminar. Preferimos quedarnos parados acá haciendo la fila. Al menos sabemos que el metro circula rapidísimo", dijo Roberto Gómez, un porteño que estuvo en la misa junto a sus hijas de 20 y 25 años.

Junto a esta familia hubo fieles de Tucumán, Colombia y hasta de Francia que contaron que ellos tenían la misma sensación.

En el metro incluso tomaron una medida inédita. Dejaban entrar a la parada a un grupo de 200 personas aproximadamente y luego cerraban el portón. Dijeron que ese sistema de permitir el ingreso sólo por tandas lo hicieron por seguridad, para evitar desbordes en los andenes y en los vagones de las formaciones. Para hacerlo, colocaron un vallado a lo largo de toda la fachada del acceso a la estación. Al mismo tiempo, la muchedumbre era seguida de cerca por los carabineros.

El caos además se vivió en las calles de los alrededores del Parque O"Higgins. Bocinazos, empujones y el griterío de los vendedores ambulantes (que fueron cientos distribuidos por todas las cuadras) aportaron a esta locura.

Este caos duró al menos dos horas y media y comenzó a disiparse recién cuando dentro del parque ya no quedaba casi nadie.