Un mes después del inicio del movimiento, los "chalecos amarillos" volvieron a tomar las calles este sábado, en un contexto de tensión pese a las concesiones y los llamados a la calma del presidente francés, Emmanuel Macron.

Hubo corridas y la policía lanzó gases lacrimógenos. Hay al menos 136 detenidos. De acuerdo al periódico Le Parisien, se están movilizando 3.000 personas en París. En toda Francia son 33.500 manifestantes.